lunes, 17 de agosto de 2009

Una respuesta y actuación urgente de los Gobiernos Locales

Por: Carlos Herz S.

La decisión populista del Gobierno Central de promover y crear núcleos ejecutores para invertir los recursos municipales que los Gobiernos Locales no han sido capaces de gastar con premura requiere una respuesta y una acción organizada y concertada de las autoridades municipales y regionales.

Un importante sector de la población puede considerar estas medidas como la solución a la supuesta ineficiencia e insensibilidad de diversas autoridades y funcionarios quienes no gastan a tiempo y como debe ser los recursos públicos. Más aun cuando el Gobierno Central difunde la información de que prácticamente ha culminado la descentralización con la transferencia de competencias y recursos a los Gobiernos Subnacionales (Regionales y Municipales), y que ya no tiene mayor responsabilidad en el manejo de los presupuestos para inversión local.

Ya en el período de Fujimori se procedió a construir una relación directa entre Gobierno Nacional y población local con argumentos similares y utilizando al mismo aparato de Foncodes, sin importar el fortalecimiento de la gestión municipal así como debilitando la organización comunal al desconocer y competir con las estructuras representativas de las comunidades campesinas. En ese momento y hasta ahora ha generado una importante simpatía popular esta forma de vinculación del Gobierno Nacional con las comunidades mayormente rurales y pobres, por los efectos que tuvo en la construcción de una importante infraestructura social y productiva. Para muchas localidades donde el Estado ha tenido escasa presencia, dichas obras han tenido un efecto importante que se traduce en el respaldo que aun tiene el fujimorismo en diversos sectores de la población, a pesar que tal intervención pública centralista se haya dado en detrimento del fortalecimiento de la organización comunal y de la institucionalidad municipal, así como con el claro afán de debilitar el Estado de Derecho y afectar negativamente el ejercicio de la democracia participativa.

No quisiéramos que el actual Gobierno pretenda el mismo efectismo político y mediático a partir de sus actuales medidas. Justo en momentos en que se requiere apuntalar los avances logrados en materia de descentralización y consolidar dicho proceso, medidas como las dictadas apuntan en sentido contrario y además le añaden un componente de polarización y tensión entre autoridades locales y población. Importantes logros como la planificación y el presupuesto participativos así como los diversos mecanismos de participación ciudadana y control social en la gestión del desarrollo parecieran dejarse de lado al propiciar estas desesperadas medidas presidenciales

Urge pues una respuesta organizada, propositiva, autocrítica y rápida de las autoridades municipales que, desde nuestro punto de vista, debiera contener algunos aspectos claves:

- Demostrar a la población que es el Gobierno Central el principal responsable de las limitaciones y causas que han generado esta situación de ineficiencia en la gestión pública local. La falta de un plan nacional de desarrollo de capacidades; la ausencia de una reforma tributaria descentralizada; la transferencia burocrática de competencias sin los recursos para hacerla efectiva; la superposición de funciones entre los diversos niveles de gobierno; la lentitud en el funcionamiento de los sectores para derivar recursos económicos y técnicos oportunamente que apoyen la gestión local; el nulo interés por promover los diversos mecanismos de participación ciudadana y control social, por el contrario debilitando los procesos de presupuesto participativo; el retroceso en la lucha contra la corrupción; la escasez de recursos humanos para asumir las nuevas responsabilidades descentralizadas, además de carecer del estímulo salarial adecuado para el ejercicio de la función; entre otros, son algunas de las manifestaciones críticas de una gestión ineficiente e irresponsable del Gobierno Central que tenía como parte de su plan de gobierno la profundización del proceso de descentralización en curso.

- Demostrar que las autoridades locales han venido realizando importantes esfuerzos de una gestión municipal más eficiente, planificada, participativa, en un contexto nada fácil de debilidad de las estructuras estatales; de atomización y dispersión de municipios, la mayoría muy pequeños en las zonas rurales; con escasas posibilidades de contar con un equipo técnico más solvente para encarar las nuevas tareas de la descentralización y el uso de recursos económicos, que de un año a otro crecieron significativamente debiendo ser gastados en el marco de los burocráticos mecanismos y procedimientos que posee nuestro pesado y arcaico Estado. Sino pregúnteles a las propias empresas mineras que asumieron el control directo del uso de los fondos de aporte social voluntario cuyo gasto no llegó al 40% del total previsto. Aun con esas dificultades las autoridades locales tienen para mostrar que han mejorado su capacidad de gasto (en comparación con el Gobierno Central) y pueden compartir logros en la mejora de su gestión.

- Mostrar con la mayor sinceridad los límites y errores en la gestión local por parte las autoridades municipales así como su disposición a mejorar y superarlos. En muchos casos poco o nada se ha hecho para realizar una administración transparente y de respeto a los procesos de planificación y ejecución presupuestal participativa; igualmente ha sido muy débil la promoción y fortalecimiento de los Consejos de Coordinación Local, siendo inexistente en un sinnúmero de municipios. La reproducción de los defectos presidencialistas y caudillistas del Gobierno Central en la pequeña escala municipal ha sido otra errónea característica de diversas autoridades municipales priorizando su imagen y el culto a la personalidad antes que el servicio a la población. La carencia de una mayor visión como gobernantes locales que les permita construir y ejecutar concertadamente un proyecto de desarrollo local articulando gobierno, sociedad civil y empresa, ha sido otra gran limitación. Sin que signifique una excusa o justificación es evidente que esta sumatoria de deficiencias en la gestión local se reitera como una realidad que nace y se extiende desde el Gobierno Central.

- Proponer correctivos que mejoren la gestión local en el marco del respeto a la autonomía municipal y del reconocimiento de que en la estructura del Estado el Municipio no es un espacio de gobierno inferior sino diferente al de los Gobiernos Regionales y el Gobierno Nacional, cada ámbito con sus competencias y atribuciones complementadas entre sí. Si el Municipio es el nivel de gobierno más cercano a la población es el momento de aprovechar mejor esa oportunidad y privilegio para optimizar la relación de las autoridades con las organizaciones sociales, asumir una administración más transparente y aceptar que la participación social garantiza mayores éxitos y hace más eficiente la gestión local.

Pareciera existir en el escenario municipal las mejores condiciones para superar rápidamente las limitaciones que hemos resumido. Se cuenta con planes de desarrollo concertado que deberían ser efectivos instrumentos de gestión para orientar el futuro de la localidad por muchos años, siempre y cuando toda la población lo conozca y respete, al igual que las autoridades, aun cuando éstas cambien. Se cuenta con el presupuesto participativo como otro instrumento de gestión para identificar y priorizar las obras en función del plan de desarrollo y de los recursos existentes. Se cuenta con mecanismos de participación, concertación, vigilancia y rendición de cuentas que facilitan la acción de las autoridades locales y su vinculación con la población. Se cuenta con las nuevas competencias locales para que las autoridades promuevan el desarrollo económico y social construyendo plataformas y alianzas con la sociedad civil y el sector privado. Finalmente se cuenta con la autonomía local del caso para que se generen diversas formas de gestión comunal que contribuyan a un aprovechamiento más efectivo de los recursos económicos en estrecha coordinación con los Municipios y en el marco del respeto a los diversos procesos ya mencionados.

Momentos como éstos son importantes para mostrar la capacidad de rectificación de todos. Del Gobierno Central hacia los Municipios buscando un discurso y una actitud más dialogante y de cooperación, sin mellar su autonomía ni negarles sus valiosos aportes.
De los Municipios hacia la población para construir relaciones de confianza y de legitimidad a partir de una gestión concertada y compartida, sumando esfuerzos para lograr mejores resultados en la lucha contra la pobreza y la generación de oportunidades para el desarrollo local sostenible. De las organizaciones sociales para que en el respeto a sus derechos de control ciudadano asuman un rol activo en los mecanismos de cogestión que puedan darse. De las ONGs y demás proyectos de desarrollo para que sumen esfuerzos y respeten las agendas acordadas desde los Gobiernos Locales y contribuyan a fortalecer la institucionalidad. De las empresas privadas para responsablemente inviertan contribuyendo al desarrollo local efectivo así como sumen energías en hacer viable los planes de desarrollo y los presupuestos participativos.
En sí no habría porque oponerse a ninguna forma de gestión comunal, como los núcleos ejecutores y varios otros, si estos mecanismos forman parte de decisiones concertadas y no verticales, de respeto a y fortalecimiento de las instituciones, y que profundicen el proceso de descentralización.

LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y EL ESTADO: RELACIONES CONTENCIOSAS

Por: Claudia Bielich y Martin Scurrah. (CEPES)

Si uno revisa los hechos más saltantes de los últimos meses en el Perú, se podrá dar cuenta que la realidad actual peruana se caracteriza por conflictos y protestas de diversos grupos exigiendo cambios y haciendo públicas sus necesidades. Detrás de ellos están los movimientos sociales.
Entendemos por movimiento social a un proceso de acción colectiva politizada (un proceso de movilización) dirigido a luchar contra formas de acumulación y colonización que reproducen la injusticia, y que cuenta con una visión alterna (pero no necesariamente anti-sistémica) de sociedad y desarrollo. Los movimientos sociales son procesos difusos espacial y temporalmente, pero sostenidos en el tiempo. La definición de movimientos sociales incluye organizaciones de base formales pero también va más allá al incluir formas de acción colectiva más nebulosas (y en muchas ocasiones cíclicas) que incluyen organizaciones no gubernamentales (ONG) y redes que sirven para vincular tanto a los actores organizados como a los dispersos en el proceso de movilización social.
Bajo este concepto identificamos diez movimientos sociales presentes en el Perú de hoy. Muchos son aún incipientes, hay algunos más activos y otros latentes, pero todos forman parte del mapa de movimientos sociales emergentes del Perú[1]. Los diez movimientos sociales que identificamos actualmente son: Indígena, Referido a las Industrias Extractivas, Ambiental, Agrario, Cocalero, Regionales, Sindical, Feminista, De Mujeres Populares y Derechos Humanos.
Es importante diferenciar entre movimientos sociales y campañas. Éstas tienen corta duración y un fin claro, que una vez que es conseguido (o, caso contrario, si el contexto hace que sea imposible alcanzarlo) desaparecen totalmente. Éste fue el caso de la campaña “TLC Así No”. Sin embargo, reconocemos la posibilidad que esta campaña se convierta en algún momento en un movimiento más amplio y sostenido referente a la globalización. Por otro lado, tenemos el caso del movimiento urbano, que fue uno de los más importantes en el Perú durante las décadas del sesenta y setenta. A partir de las invasiones, grupos de pobladores se juntaban y exigían titulación y servicios básicos. Sin embargo, éste es el caso de un movimiento con objetivos cancelatorios. Una vez que se consiguieron, el movimiento desapareció. Con los años las invasiones disminuyeron aunque no desaparecieron totalmente y paulatinamente el Estado institucionalizó los medios por los cuales se acercaba a estas poblaciones a ofrecer títulos y servicios, además, las empresas de servicios buscaban proveerles de luz y teléfono porque, debido a razones económicas, les convenía tener más clientes.
Aunque hemos identificado diez movimientos en principio –la mayoría todavía incipientes– las fronteras entre ellos no siempre son claras y en varios casos algunas personas y organizaciones pertenecen a más de uno. Así, por citar algunos casos, tenemos que algunas organizaciones participan en el movimiento agrario, el movimiento indígena y el movimiento referido a las extractivas; hay un traslape entre los componentes y preocupaciones de los movimientos ambientalistas y el referido a las extractivas. Los movimientos feministas y de mujeres populares también tienen mucho en común.
Un repaso por las relaciones y alianzas de los movimientos sociales en el Perú nos arroja un panorama más o menos parecido: todos reconocen que en la actualidad el peso de la toma de decisiones recae en el Ejecutivo. El Congreso de la República es una instancia mucho más débil, que no tiene tanto poder de acción y que, por ende, no podría solucionar sus necesidades. En general, se mantienen buenas relaciones con el Congreso, pero no son muy significativas en el desarrollo de su agenda precisamente por la debilidad de este poder del Estado. Por lo tanto, a pesar de las mayores posibilidades de contacto y diálogo con el Legislativo, esto no importa mucho. Incluso algunos dirigentes consideran que ante la debilidad del Congreso, los movimientos sociales han tenido que reemplazarlo en su papel de contrapeso del Ejecutivo.
Así pues, actualmente el Perú se caracteriza por una centralización del poder en el Ejecutivo. Pero estamos ante un Ejecutivo cerrado, poco propenso al diálogo, que no acepta críticas y que, además, ha creado normas que criminalizan la protesta: un Gobierno que no quiere oposición, que no acepta que se esté en contra de sus ideas y sus políticas, que califica a todo aquel que no se manifiesta a favor como “perro del hortelano”. Éste es un Gobierno muchas veces calificado como arrogante e impune, que impone políticas sin consulta popular, sin tomar en cuenta las necesidades y opiniones de la población. Esto deja a los movimientos sociales en una situación incómoda. El Gobierno los califica de “revoltosos”, que no quieren el bienestar del país y que más bien quieren mantener al Perú en el atraso. Así, los movimientos sociales se ven forzados a buscar objetivos en un contexto de casi nulas posibilidades de diálogo con el Estado y, además, de satanización de sus acciones.
Así las cosas, las relaciones con instancias del Gobierno son muy pocas y siempre que éstas existen se reconoce que es debido a la buena disposición de un funcionario determinado y no a la política de la entidad en mención. Si ese funcionario fuese relevado de su puesto, es probable que el movimiento perdiera contacto con dicho organismo. Sin embargo, en este contexto de escaso diálogo, existen algunas entidades que deben rescatarse. En primer lugar, tenemos a la Defensoría del Pueblo, con un papel sumamente significativo. Todos los movimientos mantienen relaciones con ella y en muchos casos incluso alianzas. La Defensoría del Pueblo escapa de la política de poco diálogo, cero aceptación a la crítica y satanización de las organizaciones sociales que caracteriza a este gobierno. Junto con la Defensoría debemos rescatar a la PCM, que según diversos entrevistados ha sabido mantener contacto con algunos de los principales líderes sociales del país y ha desplegado grandes esfuerzos para promover mesas de diálogo, no siempre con éxito. Debemos resaltar que a lo largo de los años el papel de la PCM ha sido variado. En algunos gobiernos fue más abierta al diálogo que en otros. Actualmente, es la instancia que se caracteriza por “apagar incendios” pero no por preverlos.
Por otro lado, tenemos a los gobiernos regionales y locales. Si la relación con el Gobierno Central es prácticamente nula, la relación con los gobiernos regionales y locales es bastante fluida y muy significativa. Es más, en muchos casos los movimientos no sólo dialogan con ellos, sino que también algunas de las organizaciones constitutivas han establecido alianzas que permiten trabajos conjuntos y coordinaciones. Incluso los gobiernos regionales se acercan y negocian con el Gobierno Nacional planes y propuestas previamente concertados con los movimientos sociales. En algunos casos, las relaciones con los gobiernos regionales son diametralmente opuestas a las que hay con el Nacional: mientras el segundo cierra las instancias de diálogo existentes y dificulta un acercamiento, los primeros no sólo conversan, sino que llegan a aliarse a los movimientos. En una situación tan crítica como la que propone el Gobierno, la existencia de los gobiernos regionales es muy importante, actuando en muchos casos como válvula de escape, como única opción de contacto con alguna instancia de poder. No obstante, esta relación no siempre es tan idónea. En muchos casos no hay buenos vínculos entre gobiernos regionales y movimientos sociales. Eso habría ocurrido en la Amazonía durante varios meses del 2008, aunque se mejoraron mucho durante el paro amazónico del 2009.
Esta vista panorámica de las relaciones entre los movimientos sociales y el Estado demuestra que las dificultades demostradas en los últimos meses entre el movimiento indígena amazónico y el Estado representan un caso extremo de un patrón más generalizado. En los últimos años los movimientos sociales han re-emergido como actores sociales de la sociedad civil, de creciente importancia y con movilizaciones cada vez más multitudinarias en defensa de los derechos. Por su parte, los gobiernos han visto estos movimientos como un desafío a su “derecho”, a la exclusividad en la representación de la población y han sido renuentes a reconocer su legitimidad, aceptar su derecho a la participación y la consulta y a entablar negociaciones con ellos argumentando que las elecciones oficiales les otorgan el derecho al monopolio en la representación de la población. Este conflicto sobre quién es el representante más legítimo se ve agudizado por el hecho que los movimientos sociales suelen abogar por cambios fundamentales en la sociedad en búsqueda de la puesta en marcha de su visión alternativa para la misma, algo que genera un rechazo por los gobernantes y acusaciones de anti-democráticos y anti-sistema, cosa que no necesariamente es cierta. En conclusión, los movimientos sociales son una manifestación de la sociedad civil organizada y movilizada y, como tal, pueden ser un indicador de una democracia libre y vigorosa. Sin embargo, si los gobernantes o el sistema político en su conjunto no tienen la capacidad o la voluntad de reconocer y dialogar con los movimientos sociales con miras a solucionar o acomodar sus reclamos, pueden presentar un desafío a la gobernabilidad y el funcionamiento del sistema democrático tal como está estructurado. En un escenario de esta naturaleza es importante reconocer que los conflictos no necesariamente son malos y frecuentemente representan un factor que provoca cambios importantes en la sociedad necesarios para su desarrollo y la profundización de la democracia.
[1] Bebbington, Scurrah y Bielich. Mapeo de Movimientos Sociales en el Perú Actual. CEPES, 2008. http://www.cepes.org.pe/apc-aa/archivos-aa/e19ae5c595bdc837daaf4cc13d916d7e/Informe_mapeo_movimientoss_sociales_FINAL.pdf

Quinua orgánica. Recordando nuestras costumbres

Por: Stuar Flores

La quinua es, quizás después de la papa, la fuente alimenticia más abundante y de mayor aporte nutricional en el territorio peruano. En su composición podemos encontrar altos porcentajes de proteína y aminoácidos esenciales, propiedades que la sitúan al lado de productos de origen animal como la carne y la leche.
Desde tiempos antiquísimos, la quinua ha sido el sostén alimenticio de las culturas precolombinas logrando perdurar hasta la actualidad. Su capacidad para crecer en condiciones difíciles (tierras de elevada salinidad y climas secos) la ha convertido en el cultivo más difundido en Sudamérica y, principalmente en Perú y Bolivia, en la base de la alimentación del poblador en zonas altoandinas.
Esta planta tiene también una notable capacidad de adaptación debido a que puede crecer en climas ubicados desde el nivel del mar hasta los 4000 msnm., resistiendo a las sequías y al frío intenso.
El cultivo de la quinua en el altiplano es también una fuente de ingreso para las familias de la zona debido a su potencial económico como cereal de exportación para los países industrializados
Pese a los factores ya señalados que influyen en el favorable desarrollo de la quinua, cabe resaltar que el cambio climático, la falta de agua, un suelo pobre en nutrientes, así como el insuficiente conocimiento de técnicas de cultivo y las dificultades para controlar las plagas, ocasionan un bajo rendimiento en la producción.
Por esta razón, CIED PUNO viene efectuando desde el 2007 el proyecto “Promoción de la producción y comercialización de quinua orgánica” en los distritos de Atuncolla, Vilque y Mañazo, en 8 comunidades, favoreciendo así a 490 personas.
El término “orgánica” hace referencia al proceso de obtención de la quinua, el cual consiste en un sistema de explotación agrícola en donde no se emplean productos químicos u organismos genéticamente modificados. Los abonos y los insumos para destruir las plagas son completamente naturales. Esto trae como consecuencia la producción de un alimento orgánico dentro de un medio ambiente protegido.
Lo que se busca es aprovechar los recursos naturales al máximo y evitar la contaminación respetando a la “pachamama”. Para este efecto, se viene desarrollando capacidades técnico-productivas con buenas prácticas agrícolas. El concepto de “buenas prácticas” alude al modo de llevar a cabo el desarrollo de un proyecto empresarial, en este caso, de tipo agrícola, para lograr resultados favorables, éxito y productividad.
Antes de realizar cualquier tipo de labor sobre la tierra, es necesario pedirle consentimiento a la pachamama –que, entre otras cosas, simboliza la fertilidad– para que aporte sus beneficios a la comunidad. Cuidar a la pachamama mediante buenas prácticas es la base del desarrollo sostenible en la zona y también representa la fusión del pensamiento occidental del mundo moderno y el conocimiento ancestral, los ritos y tradiciones de nuestro mundo andino.
Conforme a los objetivos planteados por CIED PUNO, se continúa con la formación de promotores encargados de estandarizar la producción en las comunidades participantes del proyecto y la ejecución de estrategias de mercadeo a través de la participación en ferias regionales, festivales y pasantías. De la misma manera, se viene implementando el SIC (Sistema de Control Interno) para el proceso de certificación que definirá la categoría de “orgánica” para esta quinua producida en el altiplano.
Cabe mencionar la importancia del Desarrollo Territorial en este proceso. El DT plantea la participación de los pobladores en su mismo territorio articulando las funciones de la sociedad civil y el gobierno. De esta manera, se brinda oportunidades de empleo a las personas para su posterior inserción dentro de las labores empresariales. En este sentido, el desarrollo económico de las localidades dependerá de factores como la capacidad de gestión, organización y desarrollo de estrategias.
La principal base de todo esto es la asociatividad. Ésta se entiende como la unión de personas para el logro de objetivos que no se podrían conseguir de manera individual. Bajo esta modalidad, los pequeños y medianos productores realizan un trabajo solidario y se insertan en el mercado para comercializar sus productos y satisfacer la demanda. Para complementar el poder de la asociatividad es necesaria su capacitación con la meta de potenciar sus habilidades y destrezas empresariales.
En este contexto, los Centros de Acopio de Quinua, los cuales están a cargo de los Comités Generales, permiten reunir la producción de estos pequeños agricultores para que puedan competir en otros mercados y centros urbanos. Esto obedece a una necesidad de aumentar la comercialización y generar mayores ingresos a las familias de la zona.
Los gobiernos locales, por su parte, contribuyen donando terrenos y agregados para la construcción de los centros de acopio. Esto refuerza los postulados del DT, en donde las labores conjuntas del Estado, la sociedad civil y el sector privado permiten sentar las pautas del desarrollo en la comunidad, generando empleo y mejorando la calidad de vida.

Oportunidades y amenazas de la actividad minera en la cuenca media. Retos y perspectivas

Por: Eduardo López

¿La cuenca media del río Lurín amenazada?

A dos horas de la ciudad de Lima, por la carretera que conduce al Distrito de Huarochirí, se encuentran los hermosos y pintorescos pueblos de Antioquía y Cochahuayco, tienen un clima templado, con una temperatura promedio de 22 ªC., una altitud de 1,650 m.s.n.m y una precipitación pluvial de 80 mm.

Forma parte del corredor natural y cultural de la cuenca de Lurín y aporta con algunos servicios ambientales (producción de oxigeno, biodiversidad, recarga de la napa freática)[1]

Cochahuayco y Antioquia son tierras de aromas, de manzanas, membrillos, guayabas, pacaes, paltos, su gente amable, acogedora y trabajadora invita a compartir la frescura primaveral y sobre todo de espacios de solaz tranquilidad. Tiene una economía que descansa en la producción frutícola y sentando las bases para el desarrollo de actividades no agrícolas como el turismo y la agroindustria rural.

En la cuenca media, el producto con identidad territorial, es el membrillo y manzana, caracterizado por su excepcional calidad en aroma, color, textura y posicionamiento en el mercado mayorista de frutas[2]

Estos territorios poseen potencialidades tangibles e intangibles para promover actividades agropecuarias, paisajísticas, turísticas, culturales y ambientales. Pero también es una localidad marcada por la pobreza, falta de empleo, baja productividad de los cultivares, bajo nivel educativo, empleo de agroquímicos, migración de la población joven y carencia de servicios de saneamiento.

Este escenario geográfico envidiable, no tenemos porque mitificarlo sino más bien visibilizarlo para hacerlo competitivo territorialmente, con la llegada de las actividades mineras por parte de la empresas Huascarán S.A., ( mediana minería) y la empresa Baya S.R.L (pequeña minería) , aún encontrándose en la fase de exploración minera , constituye una amenaza al medio ambiente rural, a los recursos naturales, a la biodiversidad, a las actividades agropecuarias y a las denominadas actividades no agrícolas como el turismo, la agroindustria y artesanía rural.

Como bien decía, un dirigente de la comunidad campesina en el taller informativo realizado en Cochahuayco, el 11 del presente mes sobre las acciones y tecnologías que empleará la empresa Baya, “la minería nos ha cambiado el escenario, es para nosotros un elemento perturbador a la vida cotidiana y las actividades productivas”[3]

Si el escenario donde actuamos va ha modificarse con el desarrollo de actividades mineras, es urgente que los actores locales, estén informados responsablemente sobre las amenazas a los agroecosistemas, a la vida cotidiana, a las costumbres e identidad cultural, para luego realizar inversiones en capital social y humano que permita promover programas y proyectos de desarrollo de capacidades humanas para enfrentar con propuestas a éstos retos.

También requerirá que el Gobierno Local, las comunidades campesinas, los comités de regantes, las Ong’s y otras instituciones de la sociedad civil construyan propuestas de desarrollo, actúen con profesionalismo especializado porque surgirán nuevas demandas en estudios, investigaciones para hacer el monitoreo y seguimiento ambiental a la cuenca.

Si bien es cierto que en corto plazo puede ser afectada la cuenca media, hay que considerar también que los territorios de la parte baja no escaparán a esta amenaza, por consiguiente hay que estar preparados, fortaleciendo los espacios como la mesa del agua y otras plataformas que existen en la cuenca, a buena hora que tengamos un capital institucional y simbólico que diversas instituciones públicas y privadas nos hemos esforzado en construir.

El Capital Institucional y Simbólico acumulado es una fortaleza de los multiactores públicos y privados.

Hoy en día ya no es posible abordar e intervenir los problemas del desarrollo rural de la cuenca, incidiendo solo en la promoción de las actividades agropecuarias, la complejidad del mismo exige procesos que sumen esfuerzos, voluntades, recursos y enfoques para promover y desarrollar con los productores y otros socios del desarrollo las denominadas actividades no agrícolas o también denominadas pluriactividades, como el turismo, agroindustria y artesanía.

Asimismo es indispensable la construcción de plataformas o arquitecturas institucionales que articulen a sectores del estado, sector privado y sociedad civil, para enfrentar multisectorialmente a la pobreza, y también para promover y desarrollar los negocios agrícolas se requerirá ineludiblemente conocer y validar instrumentos y conocimientos para lograr con competitividad la articulación con los mercados y los respectivos procesos de mercadeo.

La puesta en valor de los proyectos emblemáticos y sinergéticos que el CIED, el Gobierno Local de Antioquia y otras instituciones privadas facilitaron y promovieron sumando la participación concertada de diversos actores públicos, privados y de las organizaciones de la sociedad civil, ha hecho posible visibilizar COLORES PARA ANTIOQUIA Y AGROINDUSTRIA RURAL DE COCHAHUAYCO, que sintetizan la generación de laboratorios de aprendizaje interinstitucional.

Estos proyectos innovadores son la expresión de la importancia que tiene el capital institucional y simbólico que se ha construido, como herramientas que contribuyen a dinamizar la economía local, mejorar la autoestima y ciudadanía.

COLORES PARA ANTIOQUIA, ha convertido a esta localidad en una obra de arte, ha permitido hacer los puentes entre arte y desarrollo para promover el turismo rural y comunitario.

Posiblemente lo trascendental de esta experiencia es haber logrado espacios para las pasantías y para el aprendizaje de cientos de regidores, alcaldes de distintas regiones del país que lo han visitado, de funcionarios del estado, del sector privado, de Ministros de Estado, Congresistas, de investigadores de diversas universidades, de representantes de la Cooperación Internacional, de Presidentes Regionales y de cientos de organizaciones sociales del país.

Estos aspectos contribuyen a que la autoestima de la población y de sus autoridades sea un importante intangible para el desarrollo rural de la cuenca media.

También Colores para Antioquia, está logrando el empoderamiento por la población asumiendo que el proyecto sea suyo, tiene legitimidad social y fundamentalmente cuenta con el reconocimiento de los medios de comunicación, de la cooperación internacional y de los decisores políticos.

Otro proyecto emblemático, sinergético e innovador es AGROINDUSTRIA DE COCHAHUAYCO, que promueve y desarrolla con mujeres empresarias, la agregación de valor, empleando tecnologías limpias, de fácil manejo y de bajo costo, para la producción de sidra, vinagre, mermeladas, encurtidos, fruta deshidratada , etc. con la finalidad de generar ingresos complementarios.
Para la institucionalidad de la zona ( Gobierno local, comunidades campesinas, comisión de turismo, asociación valle lindo, plataforma de Ong’s, algunos sectores del Estado ( Foncodes, Ministerio de Vivienda, Mincetur),comités de Regantes, Asociación de agroindustria Valle Lindo, Clubes de madres, etc.),es una fortaleza y es la expresión del valor agregado que se ha ido construyendo, consideramos que es una buena potencialidad para iniciar con inteligencia, con “sabiduría de masas”, los retos que conllevará un posible desarrollo minero en la zona con responsabilidad social empresarial.
[1] Ricardo Claverías y Eduardo López Ayala, Pro Cuenca Lurín, Sistematización de la experiencia 2,004- 2,005. Página 26
[2] Idem, pág. 26.
[3] Antonio Cordero, Presidente del Núcleo Ejecutor, Dirigente de la Comunidad campesina de Cochahuayco.

viernes, 7 de agosto de 2009

¿A donde nos conduce la llamada descentralización popular?

Por: Carlos Herz


El Presidente de la República en su mensaje presidencial planteó el inicio de una nueva forma de descentralización llamada popular, como una solución ante la supuesta incapacidad de los Gobiernos Subnacionales para atender las demandas de obras de los más pobres con celeridad y eficiencia.

Se trata de retirar los fondos no utilizados y entregarlos directamente a las comunidades a través de los llamados núcleos ejecutores, supuestamente recuperando viejas prácticas de gestión locales.

Sobre este tema se han dado una serie de reacciones, a las que añado algunos comentarios esperando sean aportes para el debate.

1. El punto de partida del Presidente es la incapacidad de los Gobiernos Locales y Regionales para invertir los recursos que poseen en beneficio de las poblaciones locales. Sobre este argumento hay mucho para decir:

La descentralización como el único intento de reforma de Estado en curso ha implicado mayormente un trámite administrativo y burocrático que una efectiva transferencia de competencias, funciones y recursos. El reconocimiento de la debilidad en la gestión de las autoridades locales y regionales no es una constatación nueva sino un punto de partida desde que se inició este proceso de descentralización. Sin embargo, poco se ha hecho desde los organismos pertinentes para generar y mejorar las capacidades de gestión de las instituciones públicas subnacionales. Hay que recordar que son hasta tres los intentos por organizar planes nacionales de desarrollo de capacidades sin mayores resultados ni éxitos.

Mientras tanto, el centralismo sigue siendo una realidad que se expresa en primer lugar en las actitudes y en la conciencia de la mayoría de las personas, particularmente de las autoridades. Cambiar esa realidad y esa manera de concebir el país es y será lenta, mas aun cuando se hace poco para generar mayores condiciones que faciliten el cambio. El estímulo y la reorientación de la inversión privada, la reforma tributaria, la institucionalización de una carrera pública eficiente y reconocida, el desarrollo de capacidades locales y regionales, la mayor inversión subnacional para las nuevas transferencias de competencias y funciones, el fortalecimiento de los mecanismos de participación social, la formulación de un plan nacional de regionalización sobre la base del ordenamiento territorial, la instalación del Consejo de Coordinación Intergubernamental, son algunas tareas urgentes si queremos marchar con pasos seguros hacia la descentralización.

Si comparamos la situación de institucionalidad en muchos de los ámbitos subnacionales frente a la existente en los programas y aparatos del Gobierno Nacional, es evidente la precariedad de los primeros. Sin embargo, a pesar de esas notorias limitaciones, los esfuerzos por mejorar la gestión subnacional son crecientes, expresados en un mayor porcentaje de inversión y de gasto público de los Gobiernos Regionales y Municipios respecto al Gobierno Nacional. En este caso no estamos discutiendo sobre la calidad del mencionado gasto, que es otro tema que afecta al conjunto del aparato estatal. Por otro lado, como aspecto favorable de los esfuerzos municipales por mejorar su capacidad de gestión y de servicio a la comunidad es el avance en los mecanismos de asociacionismo expresado en la creación de mancomunidades, principalmente entre las más pequeñas que representan más de la mitad del número de municipios del país (con menos de 5,000 habitantes).

Mucho se puede criticar a las autoridades locales, pero cuando se conoce de cerca las tremendas limitaciones de organización institucional, de personal, conectividad y logística de muchos municipios locales, excesivos controles por el centralismo, así como el enorme esfuerzo que realizan muchos alcaldes y regidores para servir a la población, recién podremos ponderar los reproches y las responsabilidades que le corresponde a cada ámbito de gobierno.

El notable incremento de los recursos para los Gobiernos Locales ha tenido como fuente más importante los fondos del canon los mismos que han tenido una distribución inequitativa, privilegiando algunos departamentos del país, y transitorios. Sin embargo, las ventajas temporales obtenidas por la formidable alza en los precios internacionales de los minerales ha devenido en una caída brusca de los mismos, producto de una severa crisis del sistema. Es evidente que las autoridades de los Gobiernos Subnacionales favorecidos, en general no aprovecharon de la mejor manera esas oportunidades que se presentaron con el canon.

Sin embargo esa limitación se puede hacer extensiva al Gobierno Nacional que se ha quedado con la mitad del impuesto a la renta pagado por las empresas extractivas además de otros impuestos cuya distribución debió darse por ley a los Gobiernos Locales y Regionales, hecho que no ocurrió. Las limitaciones de estos últimos se han expresado mayormente en incapacidad de gasto, por lo que los recursos aun existen, y bajo otras condiciones pueden ser mejor invertidos en el futuro. La mayor transparencia que puede darse en los espacios subnacionales facilita el conocimiento del destino y la calidad de la inversión pública local. No se puede decir lo mismo de la inversión pública que depende del Gobierno Central. Por otro lado, si nos referimos al sector privado que más observa y critica la incapacidad del sector público, podemos señalar que el denominado aporte social voluntario que los empresarios mineros otorgaron aprovechando la bonanza económica, tampoco ha tenido el mejor desempeño, dado las cifras del porcentaje de inversión efectiva que no ha llegado al 40% de lo previsto.

En todo caso, si lo vemos desde otro ángulo, los diversos sectores públicos y privados han intentado mejorar el gasto en calidad y cantidad, hacia los más pobres, con una serie de dificultades, muchas de ellas estructurales, donde hay que considerar aspectos como la reforma del Estado para hacerlo más ágil y dinámico, la corrupción, la desconfianza. Lo que no es correcto es cargar las culpas y responsabilidades sobre las autoridades municipales y regionales como las paganas de la falta de inversión y de los límites del modelo de crecimiento.

Por otro lado, la mejora de la recaudación en el IGV ha repercutido favorablemente en el incremento del FONCOMUN, el mismo que se ha visto nuevamente reducido por la disminución de los ingresos tributarios. Esta situación en su momento también ha favorecido las arcas subnacionales, con resultados variados según las diversas experiencias de gestión local y de participación ciudadana. El ejercicio del Presupuesto Participativo ha contribuido a mejorar la inversión, a través de la priorización de proyectos y de la fiscalización del gasto, una vez más dependiendo no solo de la voluntad positiva de las autoridades sino de la actitud vigilante de la ciudadanía.

2. Con el discurso presidencial se demuestra una vez más que no existen políticas claras de parte del Gobierno sobre qué hacer con los programas sociales centralizados en el marco de la descentralización. Los intentos de “hojas de ruta” para los nuevos roles de los programas sociales en los procesos de descentralización han sido solo eso, intentos fallidos.

Y el caso de FONCODES es por demás emblemático. Su creación, objetivos y manejo institucional durante el período fujimorista han dejado una gran lección de lo que significó el uso político, clientelar, paternalista y suplantador de los recursos del Estado, con el aval y soporte de la banca multilateral y una parte de la cooperación internacional. Finalmente, a los inicios del Gobierno anterior se pretendió su reorientación en el marco del nuevo intento de descentralización y de la generación de mecanismos de planificación participativa del desarrollo local. Tales esfuerzos no fueron exitosos y devinieron progresivamente en la conversión de FONCODES en una institución sin rumbo, sujeto a los vaivenes de las presiones de la política tradicional que veía en este programa como en otros la ocasión para cumplir con los ofrecimientos de empleo y el pago de favores electorales. El extremo de esta ausencia de orientación es la decisión tomada por el actual Gobierno de encargar a FONCODES la compra y distribución de mobiliario y equipamiento escolar, supuestamente para favorecer a la pequeña producción local, labor que muy bien pudo haberse coordinado con los diversos Gobiernos Regionales, mostrando nuevamente por lo menos una incomprensión de lo que significa el proceso de descentralización.

Refrescando la memoria, cabe recordar que una de las primeras medidas tomadas como parte de ese proceso fue la transferencia de competencias y funciones de algunos programas sociales, como FONCODES, a los Municipios, en el entendido de que las obras de inversión social antes centralizadas en dicho programa podían ser ejecutadas por los Gobiernos Locales. Se avanzó bastante en ese camino, no exento de tensiones, conflictos, resistencias a ceder poder, superposiciones y presiones. A pesar de ello se pudo avanzar en la progresiva transferencia a la luz de constataciones muy favorables a la capacidad de gestión municipal y a la disminución de los costos de las obras cuando eran ejecutadas por los Gobiernos Locales en comparación a las realizadas por FONCODES, a lo que se sumó la mayor garantía de sostenibilidad, seguimiento y control cuando se trataba de iniciativas municipales.

Lo que no se siguió haciendo fue una clara determinación sobre el futuro de tales programas sociales. Si eran los Municipios las entidades encargadas de la identificación, priorización, programación y ejecución de los proyectos de inversión (mas aun en el marco de los planes concertados y los presupuestos participativos) lo que le correspondería a los tradicionales programas es su conversión en espacios de apoyo al desarrollo de capacidades, al seguimiento y evaluación de los resultados así como a la búsqueda de nuevos canales de financiamiento y cooperación. Con lo cual dichos programas podrían reducirse a equipos profesionales pequeños y eficientes, ubicándose el resto de sus equipos técnicos en las estructuras de los Gobiernos Regionales o Locales, según sea el caso. Además cabe recordar que tanto el Gobierno anterior como el actual por discurso de sus Presidentes anunciaron varias veces la desactivación de FONCODES a favor de los municipios como parte de la descentralización. El camino no ha sido ese como muy bien puede percibirse.

3. Muy por el contrario, el último discurso presidencial propone sorprendentemente que la ineficacia municipal y regional será reemplazada por la reactivación de los núcleos ejecutores, otrora mecanismo de gestión comunal para administrar los recursos de los proyectos de inversión social.
También para recordar se definió como núcleo ejecutor a la “Organización creada por la propia población o comunidad que se constituye como tal, y en general por cualquier institución o grupo social que represente a una comunidad organizada que busque un beneficio de tipo social para ella, y que en consecuencia puede recibir financiamiento de FONCODES para la ejecución, culminación y transferencia de la obra de inversión social a favor de la Entidad Receptora designada por Ley ” (FONCODES)

Los núcleos ejecutores constituyeron una forma no convencional de organización para la gestión de proyectos de inversión social que eran sujetos de derecho, tenían capacidad jurídica, manejaban recursos económicos a través de cuentas bancarias (con la formalidad de donación con cargo), elegían y pagaban a los ejecutores de las obras, no estaban sujetos a las normas públicas de las cotizaciones y licitaciones, no pagaban impuestos y su órgano representativo era designado por asamblea comunal con por lo menos un tercio de miembros de la comunidad (cuatro personas: un Presidente, un Tesorero, un Secretario, y un Vocal). Su vigencia era el mismo tiempo que duraba la obra hasta ser entregada formalmente. Finalmente la asesoría al Núcleo Ejecutor era ejercida por un Inspector de Obra (consultor externo) y la supervisión la realizaba FONCODES.
La responsabilidad del Núcleo Ejecutor terminaba con la obra acabada y entregada formalmente, no asumiendo en general un acompañamiento ni mantenimiento posterior.

Antes de dar nuestra opinión respecto al desempeño de los Núcleos Ejecutores, deseamos compartir de manera testimonial y resumida los resultados de la evaluación realizada por el Programa PASA de la UE cuando comparó las ventajas aquellos con respecto a los llamados comités mixtos (conformados por el municipio y comunidad), el año 2003. Vamos a resaltar algunos comentarios de los actores locales al respecto:

«El alcalde se muestra muy interesado en las obras y manifiesta que la presencia de los representantes del municipio ha incomodado a los ingenieros residentes e inspectores». "Los ingenieros de FONCODES (inspectores y supervisores) sienten que los estorbamos. Para ellos es más fácil manejar al NE cuando sólo está compuesto por representantes de la comunidad”... “ellos no quieren ser controlados por la municipalidad"... La comunidad no es tan preparada y es fácil manejar al tesorero" El ingeniero residente hace las veces de tesorero (saca plata) y hace como presidente. Los dirigentes firman no más. ... Los residentes e inspectores se incomodaron cuando vieron que entraba el municipio al NE”.

Según manifestación del tesorero del NE de Cochapampa: "el manejo de los fondos lo hizo más que todo el ingeniero residente". Es un pedido recurrente que se incrementen los viáticos. "Hace unos años hemos tenido NE conformado solamente por gente de la comunidad, el problema es que las obras han estado abandonadas (agua potable) ya no se utilizan, la comunidad no las mantiene por falta de recursos: "el Municipio no la siente obra suya".

Es claro que más allá de los propósitos políticos perversos del fujimorismo de constituir los Núcleos Ejecutores, bajo un modelo vertical y centralista se buscó obviar la presencia y el fortalecimiento de los Gobiernos Locales, por lo que las actuales limitaciones que podemos encontrar en los Municipios tienen a esa forma centralista de manejar los recursos a uno de sus principales responsables. El otro tema resaltado es la manipulación y el uso de los recursos por personas ajenas a la comunidad pero ejerciendo sobre ella mucha presión para orientar el uso de los recursos hacia propósitos nada transparentes. Tenemos también el tema de la sostenibilidad de las obras una vez culminadas en un clima de escasa motivación y sensibilización local. Como ejemplo podemos mencionar los recursos del crédito del Banco Mundial para programas de saneamiento básico (PRONASAR) los cuales en más del 50% fueron utilizados para la recuperación y rehabilitación de obras antiguas y abandonadas, como producto de la falta de seguimiento y de cuidado.

Asimismo, cabe señalar que diversos estudios demostraron que mediante este modelo los costos comparativos eran mayores que las obras bajo gestión municipal. Finalmente hay un sinnúmero de denuncias por los problemas de corrupción y de uso discrecional de los recursos debido a la falta de fiscalización y a la falta de experiencia de las líderes comunales en este tipo de proyectos. Aun cuando el núcleo ejecutor lo constituía por ley toda la comunidad en los hechos terminaba reducido a las 4 personas que conformaban su órgano representativo.

4. A manera de comparación y de contenido para la reflexión final tenemos los comentarios testimoniales de alcaldes y pobladores, tomadas de la misma evaluación antes mencionada referida a la gestión de obras de manera coordinada entre Municipio y Comunidad:

"La municipalidad tiene mayor fuerza para coordinar ...”
Antes con el NE comunal era más difícil para el traslado de materiales y para que los miembros del NE se trasladen a la ciudad para hacer gestiones.
En los NE de la comunidad los inspectores solían decidir por los comuneros."
"En el NE comunal habían analfabetos que no sabían leer documentos, a veces ni firmar y se confundían con los documentos de propuestas de cotizaciones de precisos de materiales, por lo que muchas veces firmaban sin leer o firmaban en blanco....
A veces los inspectores han manejado a su antojo a los NE comunales..... Otras veces los miembros de la comunidad en los NE delegan en el inspector por no poder viajar por falta de viáticos, mientras que en el NE mixto los regidores tienen viáticos pagados por el municipio, lo cual facilita su traslado".

Según otro alcalde el NE mixto tiene las siguientes ventajas:

"el municipio aporta con maquinaria
asegura sostenibilidad de la obra
FONCODES tendría mayor facilidad para coordinar con el municipio (tenemos fax y teléfono)
"en el municipio somos personas más preparadas".
La comunidad fiscaliza"

Otra autoridad opina sobre el modelo mixto:

"Hay mayor compromiso de la municipalidad (aportamos con traslado de materiales).
Antes, con el NE comunal ni nos enterábamos de las obras que se hacían.
El municipio colabora con los viáticos de sus representantes en los NE, y hay disponibilidad del alcalde y regidores en trabajar"
"Este tipo de NE con participación de la municipalidad es mejor que los NE solamente comunales, porque el municipio está comprometido con sus comunidades, y tiene maquinarias para apoyar".
El municipio está comprometido con las comunidades y tiene recursos con los cuales aportar (maquinaria pesada) de las que un NE comunal no dispone".

A diferencia del núcleo ejecutor tradicional esta renovada forma de gestión compartida entre Municipio y Comunidad se acercaba más a las nuevas relaciones de concertación entre Gobierno y Sociedad en el ámbito local que se ha venido promoviendo en el marco del actual proceso de descentralización. Estas son algunas de las ventajas resumidas en la evaluación:

· El NE mixto supone un avance importante, en la medida en que permite la confluencia de esfuerzos entre los municipios y las comunidades. Ello permite que los municipios aporten a las obras (confluencia de esfuerzos entre comunidad y municipio).
· Otra ventaja señalada fue la priorización de las obras al interior de los distritos.
· Los miembros de los municipios tienen mayor capacidad técnica y mejor formación, por lo que pueden fiscalizar mejor a los inspectores e ingenieros residentes.
· Con los NE mixto se evita la manipulación que suele darse en los NE comunales, donde los representantes de la comunidad pueden ser manipulados por inspectores e ingenieros residentes.

5. Ahora que se da tanta cercanía política entre los gobernantes de Perú y de Colombia vale la pena mencionar la activa campaña del Presidente Uribe por promover y conformar los llamados Consejos Comunales, como una forma muy discutible de participación social propiciado desde la presidencia sin mediar la participación de los Gobiernos Locales supuestamente para superar la supuesta ineficiencia e insensibilidad municipal, invirtiendo en proyectos en todos los departamentos del país (ya son más de 3,000 las inversiones en obras) con métodos populistas, utilizando recursos presupuestales sin una adecuada planificación y en muchos casos comprometiendo verticalmente a los Gobiernos Subnacionales en su ejecución.

No sabemos si el mensaje presidencial también se ha inspirado en otra medida del Gobierno de Colombia que establece el retiro de los fondos destinados a los Municipios para obras de agua y saneamiento cuando no estos no cumplen con su ejecución en los plazos previstos. En este caso, lo que sí hace la diferencia y no es motivo de emulación en el Perú, son las acciones de capacitación que se brinda al personal municipal colombiano para que en el siguiente periodo presupuestal pueda darse las condiciones que les permitan cumplir con las inversiones sociales previstas.

6. En síntesis, el discurso presidencial a la luz de las experiencias y desafíos previstos en la descentralización en curso merece muchas observaciones:

Es unilateral e injusto descargar la ineficiencia del gasto público en las autoridades municipales y regionales cuando es el gobierno central el principal responsable de los retrasos en los resultados esperados en el proceso de descentralización, entre ellos el desarrollo de capacidades para una gestión local más eficiente y democrática, una transferencia más burocrática y administrativa que real y efectiva, la ausencia de mayores reformas como las tributarias, el estímulo a una mayor privada inversión desconcentrada, el cumplimiento de las normas de participación, control social rendición de cuentas, entre otros.

La incapacidad en el gasto público ha sido una característica histórica común en nuestro Estado ineficiente y es la herencia que han recibido los Gobiernos Locales. No por ello hay que justificar tales trabas al desarrollo y a la lucha contra la pobreza, pero si buscar salidas compartidas en las que todo el Gobierno asuma la responsabilidad que le compete. No lavarse las manos y buscar salidas populistas desesperadas como las del discurso presidencial. La eficiencia en el Estado pasa por reformas efectivas, por pactos para llevarlas a efecto y por actitudes de cambio de las autoridades y los ciudadanos y ciudadanas.

Los antecedentes de los núcleos ejecutores, nos muestran experiencias que pueden ser interesantes en términos de una mayor participación comunal en la identificación, priorización y ejecución de proyectos de inversión local. Pero considero que la forma y el escenario en que se crearon estas formas de gestión obedecieron a una necesidad pragmática de simplificar trámites burocráticos que son parte de los procedimientos públicos para la ejecución de obras, así como a una relación directa entre el Gobierno Central (el poder autoritario de entonces) con las comunidades campesinas, dispersas, desorganizadas como parte de un tejido social desarticulado y afectado por la guerra interna del momento), sin planes de desarrollo que organicen y prioricen los proyectos y sujetos a una serie de relaciones inequitativas de poder con el aparato de FONCODES, amén de los innumerables casos de manipulación, clientelismo, imposición y corrupción existentes.

La solución a la ineficiencia en el gasto relacionado con el involucramiento de la población y en el marco de un proceso de descentralización debería tener otros rumbos que muestren responsabilidad gubernamental expresado en el fortalecimiento de los Gobiernos Locales y Regionales, en el respeto y promoción de los procesos de planificación participativa, en la relación de cooperación entre Gobierno y Sociedad y en sus correspondientes mecanismos de vigilancia y control.

Debemos evitar que el Gobierno con el mensaje presidencial pretenda enfrentar a las comunidades con los municipios. Si el Gobierno no asume una actitud responsable en este aspecto, le debe corresponder a los Gobiernos Subnacionales una actuación de más eficiencia y compromiso de trabajo consensuado con la población local. Experiencias de gestión local comunitaria con aporte municipal hay muchas. Lo que no hay que perder es la visión de un desarrollo planificado, descentralizado y concertado, componentes de los que los gobernantes muchas veces olvidan por el inmediatismo y la desesperación.
Lima, agosto 2009

lunes, 6 de abril de 2009

Acercándonos a la Definición del Producto Turístico

Por: Noemi Marmanillo B.

Antioquia además de ser un pueblo hermoso, convertido en una obra de arte, cuenta con productos locales que vienen ganado identidad territorial, es el caso del Cabrito y las manzanas que son una potencialidad en la zona. En el último periodo se viene implementando pequeños restaurantes, que como producto de esta propuesta deben de especializarse en preparados sobre la base del cabrito y las manzanas, con recetas tradicionales, además de consolidar la red de productoras agroindustriales de derivados de la manzana. La ruta gastronómica propuesta, debe de involucrar como ofertantes a los agricultores locales mostrando los procesos de producción de manzanos y crianza de caprinos, a la Asociación de agroindustriales, ofertando el famoso vinagre de manzana, mermeladas, néctares y Sidra de manzana y a los restaurantes locales que oferten preparados especiales sobre la base del cabrito y las manzanas: Un menú modelo consideraría: Una flato principal que sería el cabrito al horno y un postre sería la manzana encaramelada al horno. Esta propuesta recoge la forma tradicional de preparar estos potajes, enriquecidos con los aportes modernos de la gestión empresarial que permite la puesta en valor de los recursos locales. A continuación un alcance sobre los diferentes componentes del producto turístico:

Producto principal:
La ruta del cabrito y las manzanas, considera la combinación de la oferta de productos agrícolas y pecuarios de parte de los agricultores, la oferta de preparados sobre la base del cabrito y las manzanas ofertado por los pequeños restaurantes locales y los productos agroindustriales sobre la base de las manzanas ofertado por las mujeres agroindustriales rurales.


Producto auxiliar:
El producto auxiliar, sería el pueblo pintado artísticamente, que en la actualidad es el principal atractivo de la zona. Se encuentran todas las viviendas decoradas con motivos de la zona: Plantas, flores, palomas, etc. Sería necesario complementar esta obra de arte con motivos de la ruta del cabrito y las manzanas, los que además deben de tener un logotipo que los diferencie.


Productos de apoyo:
Se considera los servicios de guiado turístico, que son los que orientan a los turistas y brindan la información necesaria para optimizar la presencia de los turistas en la zona.
Complementariamente la zona cuenta con el camino Inca y restos arqueológicos, que pueden ser un complemento importante del producto principal.
Se debe de trabajar mejor los hospedajes rurales, para garantizar una agradable estadía de los turistas.


Producto aumentado: alrededor de los restaurantes:

- Antioquia se encuentra a 60 Km. de la ciudad mas grande del Perú, Lima que concentra la mayor cantidad de habitantes. Por lo mencionado el producto aumentado considera el acceso a la ruta del cabrito y las manzanas, a través de una carretera bien conservada.
- Se ofrece una interrelación del turista con los procesos de producción, transformación y preparados del cabrito y las manzanas, para que al final de la visita puedan llevarse consigo la manzana cosechada por ellos, el vinagre que ellos mismos realizaron los controles de calidad y el recuerdo de los olores y sabores producidos en la preparación culinaria del cabrito y las manzanas.

Objetivo y Estrategias

El objetivo que persigue esta propuesta es incrementar los ingresos de los actores involucrados en la ruta gastronómica, principalmente de los ofertantes de alimentación, para lo que se debe de considerar las siguientes estrategias:


- Adecuar la infraestructura de los restaurantes a los estándares exigidos por los grupos de turistas: Cocina, comedor, mesas, manajerías, servicios higiénicos, etc.
- Sensibilización de la población y autoridades locales, sobre la importancia de la Ruta Gastronómica.
- Definición participativa del perfil ideal de los restaurantes, en el marco de la Ruta Gastronómica.
- Adecuación de los Restaurantes Rurales con fondos de crédito
- Implementación de centros de esparcimiento
- Organización de los ofertantes de servicios turísticos
- Sistema de monitoreo de calidad de los servicios
Implementar una plan de difusión y comunicación de la oferta especializada

- Elaborar materiales visuales (video) e impresos de los atractivos del destino turístico, mostrando los beneficios que ofrece para mejorar las relaciones familiares y la salud.
- Involucrar al Gobierno Local en la promoción de la Ruta Gastronómica.
- Promover visitas guiadas y pasantías para los operadores turísticos
- Difundir los videos por Televisión en programas especializados dirigidos a la familia y en las consejerías de la familia.
- Difundir spot radiales con mensajes de la necesidad de un tiempo para compartir en familia en Antioquía.
- Distribuir los materiales por medio de los operadores turísticos.
- Organizar ferias turísticas, donde se publicite la ruta gastronómica.

Implementar un programa de capacitación en “Gastronomía Local, sobre la base del Cabrito y las manzanas”

- Definir un perfil de competencias
- Elaborar un programa de capacitación
- Desarrollar talleres de capacitación para desarrollar capacidades en la preparación de alimentos, presentación de los mismos y en temas de gestión empresarial.
- Promover intercambios de experiencias y visitas a otras rutas gastronómicas.
- Evaluar el perfil de competencias

Desarrollo Territorial y Balance Scorecard

Por: Ricardo Claverías H.

En las últimas tres décadas en el mundo y particularmente en Norteamérica, Europa, Asia y más tardíamente en América Latina, se vienen elaborando y ejecutando diagnósticos, planes estratégicos y proyectos de desarrollo básicamente con el enfoque del Desarrollo Territorial, lo cual implica, entre otras nociones dar respuesta a la siguiente pregunta: ¿Cómo una comunidad, localidad, municipio, región o nación llega a tener territorios con sistemas productivos, desarrollo industrial y mercados articulados e innovados, con organizaciones e instituciones con una visión compartida, sin pobreza, con inclusión y desarrollo sostenible? En otros términos cómo un territorio o localidad logra ser competitivo, donde se articulen los diversos sectores productivos y se fortalezcan las alianzas institucionales, tanto las del Estado, la sociedad civil y el sector privado para promover e impulsar el Desarrollo Socio-Económico (DSEL), mediante el cual se genere mayores inversiones, empleo, ingresos y se disminuya la pobreza.

Por otro lado, en la elaboración de las etapas del diagnóstico, del plan estratégico y los objetivos estratégicos que indican los caminos para llegar al cumplimiento de la Visión del desarrollo de una localidad o región, junto a esos objetivos desde el inicio debe incorporarse una herramienta para monitorear y evaluar las actividades. Una de las herramientas más apropiadas para ese proceso se observa que es la denominada “Balance Scorecard”, la que debe utilizarse desde el diseño de los objetivos estratégicos y debe cruzar el análisis de las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas (FODA) y los proyectos para el desarrollo local o regional que den cuenta del cumplimiento o no de los impactos para lograr la Visión deseada. Es decir, se debe pasar de las actividades a la evaluación de los impactos (o cambios) prometidos en la Visión del Plan Estratégico o en los discursos de los candidatos y ahora alcaldes, presidentes o gobernantes.

Para ese proceso de monitoreo (observación y análisis de los aciertos o desaciertos de cómo va la ejecución de los proyectos) y evaluación (análisis de los cambios logrados por la ejecución de los proyectos y del DSEL), se está proponiendo como herramienta el Balanced Scorecard (BSC), que fue elaborada en 1992 por Norton y Kaplan de la Universidad de Harvard, especialmente para el monitoreo y evaluación integral y articulada de los objetivos estratégicos de las grandes empresas, que en resumen proporciona un sistema de balance, gestión, seguimiento y medición o evaluación de los procesos, resultados e impactos de la intervención institucional.

Esta herramienta permite tener el control del nivel de conocimientos y la forma cómo se están encaminando las acciones para alcanzar la visión institucional. En resumen, el BSC permite alinear, monitorear y evaluar objetivos y la participación de cada institución, proyectos, sectores productivos, de servicios o integrantes en general en los procesos y recursos del plan de Desarrollo Territorial en un solo sentido, el definido y compartido por todos.

Entre las ventajas de esta herramienta para un plan de desarrollo socio-económico local se tienen las siguientes:
Permite una identificación y compromiso entre las autoridades o los técnicos hacia la visión de la institución.
Propicia la comunicación y participación hacia todo el personal y la población sobre los objetivos y el cumplimiento de los proyectos.
Permite la redefinición de la estrategia en base a resultados.
Propicia la traducción de la Visión deseada y estrategias en acciones.
Favorece en el presente la creación de valor futuro.
La integración de acciones e información de los diversos objetivos, proyectos y sectores productivos o servicios del plan de desarrollo local.
Mejora los indicadores de impactos de la intervención institucional y de la sinergia o integración entre las instituciones del Estado, la sociedad civil y el sector privado que se han aliado para propiciar el DSEL.

Se finaliza este artículo con un ejemplo del uso del Balance Scorecard “volteado” o “adaptado” de las empresas privadas (para las cuales fue diseñado) hacia el plan del desarrollo local, regional o nacional, para lo cual se parte de la explicación del siguiente diagrama:

Primero, se definen las perspectivas del plan: en este caso están indicadas en la columna de la izquierda, que empieza por el aprendizaje y el crecimiento (capital organizativo y humano: las “competencias”).
Continúa con los procesos internos (el “desempeño” que deben tener el personal o los técnicos para que el proceso sea exitoso) y los procesos externos, los cuales le dan valor al proceso y permiten la formación de localidades como territorios competitivos.
Y en la parte superior se ubican las respuestas al aprendizaje y procesos definidos en las necesidades de la sociedad local: el desarrollo social y económico (incremento de ingresos, asocio entre los productores y reducción de la pobreza).

Finalmente se debe afirmar que el Balance Scorecard enfatiza que el principio del desarrollo es la educación o la capacitación (gente en la gestión municipal y en las organizaciones integradas con “gente preparada”, con competencias y de buen desempeño), luego es el “capital social” (gente trabajando en equipo) y capital de información (disponibilidad de los sistemas de información); todo ello debe conducirnos a la Visión o al futuro deseado y compartido territorialmente por las organizaciones, entidades y la población participante.

Siguiendo la ruta del Loncco Arequipeño

Por: Taryn Cheé

A una hora de la ciudad de Arequipa, ruta este, el pueblo de Sogay aparece entre los cerros. Ubicado en el distrito de Yarabamba, este tradicional poblado arequipeño, poseedor de una red de andenería preinca edificada a orillas de la quebrada del río Sogay, nos recibe con casas de adobe y sillar, con su iglesia republicana, epicentro de fervientes manifestaciones de fe, y con una población arraigada en tradiciones y costumbres muy fuertes.

El pequeño pueblo de Sogay, con sus cataratas que caen por la parte más estrecha de la quebrada, no es muy diferente a la mayoría de los pequeños poblados andinos. Hay gente amable, hermosos paisajes, aire puro y una sensación de que, por esta parte del mundo, el tiempo se detuvo, o por lo menos va sin mucha prisa.

Pero las particularidades de este pintoresco pueblito van apareciendo con el pasar de los pausados minutos. Las casas, antiguas y tradicionales, se muestran coloridas y bien conservadas, el trato a los visitantes no solo es amable, es informativo, y los sogayinos no vienen a pedir “one dollar”, se acercan para demostrar por qué Sogay es un buen motivo para salir de casa y hacer turismo.

A pesar de que el trayecto desde Arequipa es cómodo y no muy prolongado, el hambre es una variable infaltable en toda experiencia viajera. Una picantería, tradicional manifestación culinaria de la cultura arequipeña, fuente inagotable de platillos adictivos, aparece con sus exquisitos olores para atraernos sin mayor resistencia posible. Adentro, la señora Doris Paredes nos recibe para ofrecernos la variada carta de platillos con comidas típicas -torrejitas de lacayote y cuy chactado- con productos ecológicos y naturales de la zona, ella nos cuenta que Sogay recibió la visita del CIED con un proyecto de desarrollo turístico para el pueblo cuyas actividades fundamentales eran la ganadería y la agricultura.

Las casa resanadas y pintadas alegremente y la refacción de los caminos que llevan hacia las lindas cataratas a través de los paisajes embriagantes de Sogay son parte de una primera etapa del proyecto.

Nuestra amable anfitriona nos cuenta que llevaron personas a centros históricos a Arequipa para que vean los colores tradicionales que se usaban.

La segunda etapa del proyecto consistió en la mejora sustancial de las cocinas. Ahora las cocinas están hecha de ladrillo con piedra sillar y barro, la cubierta es de cemento y tienen una chimenea.

“Uno de los mayores beneficios que nos trae esta clase de cocina es principalmente que el humo ya no se queda dentro de la cocina, sale por la chimenea, y las que cocinamos no estamos todo el tiempo con el humo en los pulmones”. No solo es una propuesta para el desarrollo turístico del lugar sino que la calidad de vida sus pobladores se proyecta hacia una mejora considerable.

Al principio, nos cuenta la talentosa cocinera, no tenían mucha confianza en el proyecto porque muchas instituciones ya les habían ofrecido diferentes tipos de ayuda y beneficios que nunca se materializaron. La persistencia y dedicación del equipo del CIED los convenció de que se trataba de un proyecto serio e hizo que todas las familias del pueblo, no muy numerosas por cierto, se inmiscuyeran de manera concienzuda en el proyecto para Sogay.

“Mucha gente se estaba yendo del pueblo, estaba bien abandonado. Ahora vienen de afuera a comprar terrenos, pero el pueblo no quiere vender y quieren seguir viviendo aquí y hacerlo como era antes, de adobe y sillar, no con cemento, para guardar el tipo de vivienda de antes”, sentencia Doris.

Mientras terminamos un ligero desayuno de yogurt casero con frutos naturales de la zona, y antes de salir de la picantería que la señora Doris administra junto a sus hermanas, eximias cocineras por tradición y por vocación, nos enteramos que en Sogay existe una asociación de gastronomía conformada por seis personas que se turnan y organizan para recibir a todos los viajeros que visiten este acogedor rincón de los Andes.

Camino arriba por los senderos flanqueados de estas tradicionales viviendas, nos encontramos a Vilma Polanco Villanueva, presidente de la asociación gastronómica de Sogay, nos manifiesta el carácter integral del proyecto turístico que CIED planteo: “Vino CIED, se presentó por intermedio del consejo, traían un proyecto de turismo, “la Ruta del Loncco Arequipeño”, que sería una ruta que atraviesa todo el valle pasando por Sogay. Empezamos las conversaciones y trabajamos juntos haciendo festivales y promocionando el turismo aquí en Sogay”, manifestaba entusiasmada nuestra segunda anfitriona.

Los pobladores de Sogay saben que su vida ha cambiado y sus expectativas se han elevado de manera importante. No solo la ganadería y la agricultura serán su forma de manutención, sino que el turismo se presenta como un proyecto serio y generador de riqueza, y eso se nota en el ambiente.

En el pueblo se habla de más capacitaciones en cuanto a productos ecológicos, técnicas para mejorar el yogurt y hacer microempresa, de hacer viajes o pasantías para conocer diferentes lugares y tener ese desarrollo turístico que hay en otros sitios.

“Hemos ido hace poco al Cuzco, -cuenta Vilma- a sitios donde promocionan el turismo para ver cómo se organizan. Hemos conocido la organización que tienen, el trabajo y la forma de tratar al turista cuando llega, muchas cosas que son muy valoradas para este pueblito de Sogay”.

Terminamos de escuchar interesadamente a Vilma y decidimos conocer las bondades naturales del paisaje Sogayino. Es ahí que nos enteramos de la existencia de una asociación de jóvenes que hace las veces de guía de turismo y de brigada ambiental.

Buscamos a Vanesa, la amable muchacha nos atendió como no podía ser de otra forma en este encantador Sogay. Emprendimos, junto con un grupo de visitantes extranjeros, la caminata rumbo a las cataratas mientras Vanesa nos explicaba que con el proyecto del CIED se buscó integrar a los jóvenes en todo este renacer de Sogay a través del turismo.

Los jóvenes son parte fundamental del desarrollo de los pueblos, y su entusiasmo y vitalidad hicieron posible que captaran perfectamente lo que significaba el guiado de turistas y la manera profesional en que se debe desarrollar esta actividad. Se juntaron chicos de Sogay, de San Antonio y de “más arriba” y recorrieron las zonas que serían parte del circuito turístico, estudiaron la historia y mitos de sus pueblos, conocieron y practicaron la forma de tratar a los turistas y comenzaron a tener más soltura frente a los visitantes.

Ahora sí, la guía turística empezó en la plaza, un poco de historia y luego nos enseñaron las casas de sillar. Nos manifiestan su deseo de que las construcciones de adobe y de barro sigan siendo así ya debido la creciente demanda de terrenos y propiedades en el pueblo hacían peligrar la continuidad de estas construcciones tradicionales.

Después nos llevaron a la Tanccana que es un molino grande que está deteriorado y quieren que se refaccione. Luego seguimos a las cataratas siguiendo el recorrido del canal. Llegamos hasta Carahuaya, lugar de la andenería preinca. El paisaje es hermoso. Seguimos y llegamos a los pirograbados y petroglifos, ahí hay un sol, una serpiente, una llamita.

Luego llegamos al río por un caminito un poco difícil, pero la aventura hace que nos emocionemos y llegamos a la caída de agua. Ahí descansamos y nos bañamos. Un poco más de caminata, subimos y llegamos a la cima de las cataratas. El paisaje es verdaderamente impactante. Las historias de los antiguos del pueblo brotan de la boca de nuestros jóvenes guías. La vaca con su ternerito de oro, el timón formado por las rocas. La tradición oral asegura su continuidad, felizmente.

En este punto empezamos el regreso. Recorremos por la acequia alta, de donde se ve todo el paisaje de Sogay, es un hermoso camino lleno de plantas medicinales, mágicas. Estuvimos de vuelta a las 5 p.m. en la plaza de Sogay. Un buen descanso era merecido. Mientras el aire refrescaba y se asimilaba la experiencia, una última idea surgió inobjetable: terminar el viaje de la mejor manera. El cuy chactado de Doris esperaba.

Resumen Conferencia electrónica "Sociedad civil, campesinos pobres, empresas y mercados"

Por: Ricardo Claverias H.


Introducción

Uno de los objetivos de la Conferencia Electrónica (realizada entre los días 23 de febrero al 6 de marzo de 2009) es empezar a analizar las características del CIED como una “institución inteligente”, lo cual supone que es una organización:

Donde hay una transformación del conocimiento individual en un conocimiento corporativo organizado que permite compartir los procesos y políticas de la organización, que permite estandarizar los modelos de trabajo y ser capaces de responder con creatividad y competencia a las demandas de la población, sus instituciones o el mercado.

Que tiene una construcción de una misión compartida: Una organización en la que todos tienen una misma misión o un mismo proyecto para llegar a una visión deseada, aunque sean distintas las diversas regiones donde intervienen. Seguir esa misión compartida (que debe mostrar que es eficiente y eficaz) indica que es definitivamente una organización inteligente cuando todos van a trabajar para conseguir un mismo fin. Donde el aprendizaje es en equipo: para el aprendizaje en equipo se debe comenzar con el dialogo para lograr un pensamiento conjunto y crítico.

En ese sentido, el tema que se puso en debate: “Sociedad civil, campesinos pobres, empresas y mercados”, al mismo tiempo que fue un medio para empezar a analizar a nuestra institución (con la participación de los miembros de los distintos equipos regionales del CIED), también sirvió para exponer las propuestas que tiene el CIED para reducir la pobreza, sobre todo en el medio rural. Propuestas que se han enriquecido con la participación de colegas de otras instituciones.

Dentro del resumen de esta Conferencia Electrónica, las preguntas centrales para el diálogo fueron las siguientes:

¿Cómo pasar de economías campesinas pobres a economías agrícolas empresariales y competitivas?

¿Cómo ayudan los enfoques del DT (desarrollo territorial) y la NR (nueva ruralidad) a la viabilidad de las propuestas para que los campesinos pobres aprovechen las nuevas oportunidades del mercado y superen su situación de pobreza?

¿Cómo las organizaciones de la sociedad civil son medios importantes para ese cambio?

Entre los aportes que se pueden destacar de las participaciones sobre determinados temas son las siguientes:

MEDIO AMBIENTE, ORGANIZACION EMPRESARIAL, MERCADO Y CULTURA

La base del desarrollo de las economías campesinas pobres, en primer término, es elevar la producción y la productividad, pero articulados a la propuesta de la conservación de sus recursos naturales y el medio ambiente, como sostiene Juan Sánchez del CIED (en su segunda intervención senala al respecto como trabajo “pionero” la sistematización de las experiencias del CIED-EDAC, que fue publicado en un libro sobre Desarrollo Territorial y Nueva Rruralidad en el Perú), así también deberá diversificarse la biodiversidad de sus cultivos y superar la dependencia alimentaria que la agricultura de subsistencia representa para los pobres rurales, con su secuela de desnutrición, bajos ingresos y migración periódica.

Sin embargo, más allá de la producción, todos los participantes en esta Conferencia están de acuerdo en que los campesinos, por muy pobres que sean, participan en el mercado; sin embargo, debemos prevenirnos en los proyectos que ejecutamos en el campo –como comenta Juan Sánchez, en su primera intervención- de los riesgos de priorizar a los productores más viables y dejar en la subsistencia a los "menos viables", desatendiendo el cumplimiento de las metas del Milenio. Para que ello no ocurra los participantes han emitido argumentos y experiencias muy importantes para analizar las posibilidades de desarrollo de los campesinos pobres. Por ejemplo, de acuerdo a las experiencias de Julio Alfaro:

Existe siete maneras de cómo los campesinos viven del mercado con la venta de su propia mano de obra, venta de su ganado, venta de uno o algunos de sus productos agrícolas, venta de la artesanía, recepción de remesas, venta de trabajo eventuales entre ellos, como minka, que es pagada, o trabajos a destajo en la agricultura o ganadería.

La pregunta que se hace Alfaro a continuación es muy importante: ¿y por qué teniendo tanta vía con el mercado siguen siendo pobres? Porque su relación con el mercado es desigual, muy poco favorable para ellos y muy favorable para los comerciantes, los industriales y los consumidores de las ciudades. Entonces las preguntas que deben continuar son ¿cómo hacer para que el mercado no sea injusto y sea favorable para los campesinos? ¿Ello se puede lograr?

No obstante, sostiene Alfaro que existe un sector de campesinos que si ha pasado la barrera de la pobreza y se orienta hacia la pequeña empresa, pero no con el modelo que conoce la cultura occidental, donde existe un patrón alejado de sus medios de producción y solo tomando decisiones para que sus obreros rurales trabajen. El mismo campesino trabaja en determinadas épocas de mayor exigencia de mano de obra, junto con su familia extensa. Los campesinos cuando tienen condiciones favorables se convierten en productores rurales empresariales y si no existen esas condiciones regresan a su calidad de campesino o trabajador agrícola, que como hemos visto son formas diferenciadas de articularse al mercado. Y nuevamente, en condiciones favorables, vuelve al mercado como productor empresario. No se trata de un modelo occidental de hacer empresa, sino una forma propia de apropiarse de la modernidad: Hacen ayuda mutua entre grupos de campesinos, se relacionan con sus parientes tecnificados.

En otras palabras, estamos hablando de dos modernidades, una modernidad andina y una modernidad occidental. Los dos son modernos, pero se organizan de diferente manera de acuerdo a su cultura. No existen contradicciones entre lo moderno y lo tradicional, lo que existen son dos modernidades que compiten entre sí, cada una con sus patrones culturales; y siguen los argumentos, al respecto, los cuales abren nuevas rutas para la investigación.
Ana Espejo (SEPAR) también incide en considerar al mercado, no sólo como una categoría económica o de simples transacciones, sino también la necesidad de entender la cultura andina que cruza esas relaciones mercantiles. Se sostiene que la forma de relación del hombre andino con el mercado tiene distintas connotaciones en comparación a la sociedad moderna.

No obstante, sea el mercado entendido en una cultura moderna o en otra cultura originaria, el proceso de articulación de los campesinos con el mercado –como lo señala Noemí Marmanillo del CIED- debe regirse con las leyes del mercado, sin que los productos locales pierdan identidad, al contrario estas particularidades deberían convertirse en el valor de diferenciación, como principal estrategia competitiva.

Por su parte Jorge Recharte (Instituto de Montaña) hace una contribución muy sucinta, pero alertadora de lo que debe hacerse para construir economías de mercados más sanas, que deben basarse en el fomento de la biodiversidad, en la conservación de los recursos naturales en una dimensión de la vida campesina que, fortalecida, permite generar bases de cooperación y organización entre familias y de planificación de largo plazo sin la cual es difícil construir economías de mercado sanas. Esta propuesta, a nuestro entender nos sugiere analizar los roles del capital social moderno y la cultura andina (como lo ha observado Iván Mendoza y Julio Alfaro) para la búsqueda de un mercado más equitativo para los campesinos.

Asimismo, en esta inquietud mostrada por Jorge Recharte nos invita a analizar también los roles de la Sociedad Civil en estos procesos de mercados y de organización empresarial. Pero también es importante incluir en estos estudios –como lo esclarece Luis Guerrero- a los empresarios nacionales y a los monopolios que hay en el agro.

2. PROPUESTAS TERRITORIALES PARA QUE LOS CAMPESINOS POBRES SE CONVIERTAN EN EMPRESARIOS EXITOSOS

Genaro Hucharico (CIED Puno) propone, al respecto, lo siguiente: Superar el paternalismo impulsado por algunas instituciones y la falta de voluntad de cambio de determinados grupos de campesinos, como lo expresa Genaro “la pobreza de los campesinos persiste no solo en sus economías y necesidades básicas, sino también en el espíritu”. A esa explicación añade Genaro que ve con pesimismo las posibilidades de cambio, pues, observa que la nueva generación de campesinos con la adopción de otras culturas, por ejemplo, a través de la música y danza foránea, está calando nuestra identidad y principios de solidaridad.

Para contrarrestar esas tendencias negativas, Genaro propone una capacitación muy intensa para generar nuevas competencias sin perder la identidad andina entre los campesinos para aprovechar las nuevas demandas del mercado; en ese sentido, se explica que el CIED Puno viene promoviendo acciones con el enfoque del desarrollo territorial orientados a aprovechar oportunidades de mercado, como es el caso de la promoción de la asociatividad para la producción agrícola y la transformación de derivados pecuarios con tecnologías que logren una oferta productiva de calidad y con una visión empresarial, cuyas ventas puedan realizarse a través de los centros de acopio. Para lo cual, se esta desarrollando capacidades técnico-productivas y de gestión empresarial. Optándose también por lograr que las municipalidades se conviertan en promotoras del desarrollo económico y social. Con los cambios se están incrementando los ingresos económicos de las familias para que puedan satisfacer las expectativas generadas, esto puede constituir el camino de la economía campesina a una economía agrícola empresarial.

Pero al desarrollo rural que se propone debe agregarse mayores propuestas –como lo sostiene Noemí Marmanillo- incluyendo las de tipo no agrícolas para promover territorios competitivos en el marco del Desarrollo Territorial y la Nueva Ruralidad, que permitan dinamizar mercados locales, a través del desarrollo del turismo rural comunitario, lo que ayuda a articular armoniosamente las actividades agrícolas y no agrícolas, creando valor para los productos locales, al ofertar productos con identidad territorial, donde el desarrollo de actividades agroindustriales cobran relevancia en tanto permite retener valor en las zonas rurales.

3. PROPUESTAS PARA FORTALECER LA SOCIEDAD CIVIL Y LOS GOBIERNOS LOCALES, COMO PALANCAS PARA EL DESARROLLO DE LOS CAMPESINOS POBRES

En este tema son importantes los avances del CIED Lurín, explicados por Eduardo López:

En la cuenca alta del Río Lurín, caracterizado por ecosistemas de alta montaña, los campesinos están demostrando sus capacidades y expertise para afrontar los constantes retos de la inseguridad climática y alimentaria, han rescatado y recreado tecnologías para la conservación de los recursos naturales. En la cabecera de la cuenca, coexisten la producción agropecuaria de autoconsumo o de subsistencia y la mercantil.

La participación de la sociedad civil-denominada como el Tercer Sector, por su autonomía en relación al Estado (primer sector) y por sus organizaciones no tienen fines de lucro, sino que sirven para la ayuda mutua, la reciprocidad, la solidaridad entre los pobladores- en estos procesos de cambios son importantes y se manifiesta en los siguientes hechos: Los diversos anexos y centros poblados menores han establecido diversas redes comerciales y sociales (redes de parentesco y de paisanaje) para articularse a los mercados para la transacción de los productos agrícolas, ganaderos, y de actividades no agrícolas como la comercialización en volúmenes importantes de productos con identidad territorial (queso de Huarochirí, cuyes y de hierbas aromáticas y medicinales) que la población limeña de ascendencia provinciana consume.

Con ello –explica Juan Sánchez- las familias han accedido a nuevos mercados extra locales y superaron a los intermediarios asentados en la habilitación y comercialización de productos tradicionales, sin valor agregado. Para este paso se hace indispensable la asociatividad de los pequeños productores y de PYMES rurales, la capacitación en gestión empresarial de sus organizaciones, el acceso a nuevos servicios para el agro (información, mercados, crédito) y construcción de cadenas productivas (como son las experiencias de PRODECO, por ejemplo) con empresarios privados interesados en el VA de la biodiversidad y del turismo vivencial. La experiencia de comercialización de la papa nativa en Andahuaylas, la quinua orgánica en Puno o de algunos productos ecológicos como el café orgánico en Selva central, el banano orgánico en Tumbes muestra que es posible una nueva relación con el mercado, basados en el desarrollo de otras capacidades de gestión empresarial, adecuadas a la cultura organizacional campesina.

El desarrollo de las denominadas actividades no agrícolas como el turismo y la agroindustria en la cuenca media ( Antioquía y Cochahuayco), ha permitido a los productores agrarios encontrar nuevas formas de complementar ingresos, mejorar la autoestima y acercarse a la dimensión comercial que les exige competitividad de los servicios que venden a los consumidores urbanos.

Estos aspectos y dinámicas de articulación al mercado, están permitiendo visibilizar oportunidades de nuevas rutas para dinamizar la economía local y también para que los puentes no solo sean culturales sino también sean mercantiles (explicado por Eduardo López):

La venta de la fuerza de trabajo en las parcelas de algunos agricultores exitosos o en aquellos que disponen de áreas de cultivos de 3 o más has., oportunidades de empleo en la pequeña y mediana minería, en las inversiones que realiza sectores del estado( FONCODES, Ministerio de Transportes, Gobierno Provincial, etc.).

Compra y alquiler de tierras por parte de algunos agricultores exitosos de la cuenca alta y media, en áreas agrícolas con mejores recursos, accesibilidad vial y a los mercados (el caso de algunos líderes cullpinos desarrollando actividades agrícolas en la parte baja de Cocachacra y Cieneguilla).

Con el asocio de los pequeños productores agroindustriales de Valle Lindo, que agrupa a más de 20 Mypes, vienen desarrollando prácticas y acciones de transacciones comerciales con empresas limeñas.
Esas informaciones testimoniales ayudan para ir afirmando la tesis que planteamos en una carta anterior, en el sentido que la inclusión de los más pobres en los proyectos de desarrollo se muestra con experiencias de que los más pobres (pues, a ellos se les denomina como de economía campesina) también tienen potencialidades, sobre todo cuando empiezan a asumir determinados cambios para superar su racionalidad tradicional y cuando empiezan a aprovechar su potencialidades (o sus ventajas comparativas), teniendo en cuenta las oportunidades locales, regionales, nacionales y externa.
4. ENTONCES ¿SÍ HAY POSIBILIDADES DE DESARROLLO PARA LAS ECONOMÍAS CAMPESINAS POBRES?
Pensamos que aún hay que sistematizar más nuestras experiencias institucionales sobre las rutas del desarrollo que estarían emprendiendo hoy los campesinos. Por ejemplo, es cierto lo que dice Guerrero (EDAC) que en los casos de Cajamarca, Lurín, Puno, Arequipa y en la región de Selva Central se demuestra cómo en una pequeña parcela, introduciendo tecnología, mejorando los recursos agua, suelo, planta y capacitando, la producción se eleva exponencialmente, que lleva a mejorar la calidad de vida de la familia campesina.

El Estado y particularmente los gobiernos locales tienen que trabajar más de cerca con los campesinos, la experiencia del CIED y de otras ONGs, como SEPAR, el Instituto de Montaña (IM), PRONAMACHS y otros, sus resultados nos dicen que sí es posible aumentar su producción y productividad, así como también que los campesinos sí pueden competir en el mercado, pero necesitan también mejorar la tecnología y organizarse empresarialmente. Pero también debe exponer con mayor claridad, como lo observa Iván Mendoza, el tema de la diferenciación campesina como efecto del desarrollo en las localidades, pues, no todas las familias campesinas van a cambiar de manera simultánea sus sistemas productivos y no todos pasarán de una vez a una economía empresarial de manera homogénea.

Por lo cual, las propuestas para el desarrollo no deben estar ciegas frente a los procesos de diferencias campesina (como efecto de las dinámicas y los mercados locales, como también como efecto de los proyectos), donde unos se beneficiarán más que otros (por ejemplo, los emprendedores tendrán un arranque más rápido que los demás). Por lo tanto, al partirse por el hecho que no existe homogeneidad socio-económica entre los productores del campo, entonces tampoco puede haber un efecto uniforme de programas, proyectos o políticas de desarrollo y del fortalecimiento del capital social. Frente a ello, en los proyectos de desarrollo local se deben exponer estrategias muy claras para la inclusión de la mayoría en los procesos de desarrollo. Si este proceso de desarrollo, cuando es inducido o promocionado por las instituciones de fuera, no debe esperarse que sea espontánea la inclusión y la equidad.

En tal sentido, el fortalecimiento del capital social no es suficiente para lograr esa inclusión, pues, el capital social sin enfoques y estrategias integradoras y cohesionadoras puede favorecer mayormente a los grupos que no son pobres. Por ello, es necesario manejar estrategias muy definidas para incluir concientemente a todos los grupos sociales y, exprofesamente a los subterritorios de las localidades que han sido marginados. Por eso, es importante que los planes y los proyectos de desarrollo locales tengan un enfoque de Desarrollo Territorial, porque allí se manejan estrategias para integrar a la diversidad de productores y de las organizaciones de la sociedad civil en el territorio, partiendo por la idea que no pueden diseñar un proyecto para un tipo de productor abstracto o en general, sino de acuerdo a los diversos tipos de campesinos y agricultores empresariales de una misma localidad.


5. TEMAS PENDIENTES: OPORTUNIDADES, DESAFIOS Y PROPUESTAS

A nuestro parecer quedan aún muchos temas y tareas pendientes por abordar teórica y empíricamente. Entre los cuales destacamos tres:

a) Avanzar más en incidencia política

Para completar esta "ruta crítica" de desarrollo familiar es indispensable pasar de la familia a la competitividad del territorio. Y en esta fase, son las instituciones (públicas y privadas, sean de los tres niveles de gobierno y del sector privado, así como las ONG y las propias asociaciones de productores) (desarrollar más los conceptos de los roles de la Sociedad Civil), las que tienen un rol central, primero, mejorando tanto sus competencias para desarrollar sus capacidades de gestión y de innovación tecnológica, como para crear capital social entre ellas, a través de asociaciones, plataformas publico-privadas y proyectos conjuntos.

Al respecto (como lo recuerda Juan) la experiencia de los programas PROCUENCA, que promovió MIMDES entre 2004 y 2006, ha mostrado las bondades del asocio público privado para crear condiciones de competitividad territorial, mediante nuevas políticas y proyectos municipales y regionales.

Por otro lado, deberá fortalecerse también el trabajo de nuestra institución en redes, pues hay muchas ventajas de las redes que tienen y que pueden atraer a las instituciones y a las organizaciones de la sociedad civil interesadas en promover políticas basadas en la evidencia (CIPPEC.2007). En las experiencias que se tiene sobre la importancia de la acción colectiva en redes se puede destacar los siguientes: son mecanismos que facilitan la transferencia y el uso de conocimiento y otros recursos de varios actores en el proceso de desarrollo de políticas públicas locales, nacionales y globales. Otro resultado es que las redes se convierten en “acuerdos sociales”, en “capital político” para acceder con propuesta a los centros de decisiones políticas que no tienen las ONG que trabajan aisladamente. Con el trabajo en redes se tienen mejor acceso a oportunidades; para facilitar la creatividad y la asunción de riesgos; mecanismos de apoyo en varios niveles; interfaces con otros sectores y plataformas para la acción (Korzeniewicz y Smith 2003).


b) Avanzar más en la propuesta de estrategias para que los campesinos se vinculen con mayor éxito en el mercado

Partir por algún fundamentalismo como que, respecto al mercado, los campesinos lo saben todo, creemos que no es lo más conveniente para la construcción de una ruta crítica, donde se esclarezca el proceso en que los campesinos pobres pasen a organizarse empresarialmente. Precisamente, es en esta dimensión donde no solamente los campesinos pobres sino también los pequeños y medianos productores modernos requieren de una mayor capacitación e información. No solamente para conocer el ámbito de la oferta con la innovación tecnológica para producir más, sino también el ámbito de la comercialización y el mercado (se requiere al respecto, una reingeniería social en nuestras instituciones, como señala Eduardo).

Esta transición hacia un mayor conocimiento de la dinámica del mercado, como plantea E. López (en su segunda intervención) debe llevarnos a completar una verdadera ingeniería social que permita la articulación comercial de los territorios pobres a las oportunidades de los mercados con equidad y competitividad.

No obstante queda algunos problemas por definir respecto a los roles de las ONGs y el Estado en relación a los conocimientos que deben tenerse o trasmitirse sobre el mercado: a nivel macro, meso y micro. La pregunta al respecto es la siguiente, ¿hasta dónde es suficiente que abarquen los conocimientos sobre los mercados por parte de los campesinos?, ¿cuáles son los conocimientos por niveles que deben dominarse en las instituciones que promocionan el desarrollo?


c) Avanzar más en el manejo de metodología para analizar los impactos de los proyectos en la reducción de la pobreza

Se requiere avanzar más en la construcción de líneas de base y análisis de los impactos de los proyectos a nivel de las familias campesinas: Costos-beneficios, valor bruto y neto de la producción total de los diversos cultivos, crianzas, ingresos, etc. Analizar el valor agregado neto, por familia o por lo menos por hectárea y luego estimarlo por la cantidad de tierras y cultivos que tiene cada familia. La recolección de esa información podría hacerse por muestras de familias y en tiempo determinados (que puede ser anual) para evaluar los impactos. Además debe analizarse el proceso de satisfacción de las necesidades básicas familiares (NBI), para evaluar si se está reduciendo la pobreza. Para el proceso de monitoreo y evaluación habría que avanzar en uso de las herramientas del “Balaced Score Card” porque la facilidad de su manejo y porque permite analizar cuantitativamente la información; para la evaluación cualitativa se recomienda utilizar el Sistemas de Análisis Social (SAS)

d) Algunas oportunidades, desafíos y los retos peculiares para reducir la pobreza en cada una de las regiones

Los enfoques del DT y la NR y el aprovechamiento de las oportunidades actuales y los desafíos para la integración al desarrollo de los subterritorios con predominio de economías campesinas pobres y tradicionales:

Oportunidad 1:Descentralización.
Desafío:conocer y organizarse para hacer incidencia en los gobiernos municipales (GM) y promuevan proyectos productivos.

Oportunidad 2: En los GM se están elaborando planes de desarrollo estratégico y económico con actores locales para formar territorios competitivos, con equidad e inclusión. Desafíos: No obstante las oportunidades antes indicadas, aún no se generalizan esos planes estratégicos y económicos; por lo tanto, debe buscarse los mecanismos institucionales para incentivar esos procesos.

Oportunidad 3: Agricultura agroecológica, productos originarios primarios, transformados y servicios de las zonas marginadas ahora son reconocidos por el mercado. Desafío: necesidad del rescate de cultivos, crianzas tradicionales, pero con el mejoramiento de la calidad y sanidad de los productos y los servicios locales (como en la agroindustria, en la gastronomía y el turismo, por ejemplo).

Oportunidad 3. Crecimiento de las ciudades intermedias y necesidad de diversidad productiva de origen agrícola.
Desafíos: Se requiere propuestas generalizadas en las regiones para promover proyectos que viabilicen la articulación de los centros urbanos con las comunidades alejadas.

Por otro lado, debemos ser muy objetivos para determinar si hay posibilidad de que sean efectivas las propuestas para el desarrollo. Si tienen viabilidad para el desarrollo las economías campesinas pobres con las cuales trabajamos. Así como también debemos analizar las particularidades que tienen los campesinos para superar la pobreza en cada una de las regiones o las localidades. Por ejemplo, como lo manifiesta Salvador Peña (del CIED de la región central del Perú), en la selva alta del centro del Perú tradicionalmente por décadas y generaciones se ha producido y se sigue produciendo entre los campesinos el fenómeno de la “doble residencia” como una estrategia para enfrentar la pobreza como pequeños propietarios pobres en sus zonas de la sierras, donde combinan su trabajo y condición de propietario en sus lugares de origen con la de peón agrícola en selva a través de las migraciones.

En ese contexto, nos muestra Salvador Peña que los campesinos pueden vivir también en una doble modalidad en relación a sus objetivos y, en particular, frente al mercado, pues, en la residencia en la sierra se manifiesta una fuerte identidad cultural y el uso de un fuerte capital social nativo, que se muestra en las relaciones de reciprocidad propias del mundo andino y una producción agropecuaria orientada básicamente al autoconsumo y débil articulación con el mercado; en cambio, en la segunda residencia practican una lógica de producción para el mercado y una cultura aún indefinida y en construcción donde lo “moderno” es sinónimo de propiedad privada, producción de productos exclusivamente orientados al mercado (café y frutas tropicales), efectuándose nuevas relaciones con otros actores sociales que antes no conocían como son las empresas privadas, los pequeñas y grandes, de acopiadores.

Ese proceso de conversión de “campesino andino” a “agricultor de selva” fue mucho más difícil y hasta traumático para las primeras generaciones de migrantes, actualmente este cambio brusco continúa para los nuevos productores pero tampoco está configurado definitivamente para los antiguos. Es decir, tenemos un proceso en marcha que le da particularidades especiales al “campesino/agricultor” de Selva Central y, por tanto, particulares estrategias para superar la pobreza.
En cambio en la sierra central de Lima y en Arequipa (zona intermedia de Lurín y en los distritos del sur oriental de Arequipa) los campesinos están tratando de reducir la pobreza mediante las prácticas más intensas de la nueva ruralidad (turismo, gastronomía, pequeñas industrias). Por su parte en Puno (como lo comenta Genaro Hucharico) se viene promoviendo acciones orientados a aprovechar oportunidades de mercado, como es el caso de la promoción de la asociatividad y de los gobiernos locales como promotores del desarrollo económico, con lo cual se está logrando una mejor producción de quinua o derivados lácteos mediante la innovación tecnológica, pero también mediante la conservación de la biodiversidad, con una visión empresarial, con esas propuestas se puede constituir el camino de la economía campesinas pobre a una economía agrícola empresarial.