lunes, 6 de abril de 2009

Tabaco y Transgénicos (con T de trampa)

Tabaco y Transgénicos (con T de trampa)
Fernando Alvarado - IDEAS

El jueves 10 de julio 2008, el diario El Comercio, en su sección A, página 5 'Opinión', publicó uno al costado del otro, los artículos de Ernesto Bustamante y Jorge Caillaux, en posición diametralmente opuesta, sobre la promoción de transgénicos en el Perú.

En la esquina pro transgénica, Ernesto Bustamante alegaba con inocencia “no se sabe si causen daño”, “hasta hoy no se ha demostrado ningún daño a la salud, ambiente o biodiversidad”.

Con ello pareciera alegar 'somos inocentes hasta que se pruebe lo contrario'. Por lo que, bien, démonos la tarea de indagar qué tan inocente es el nacimiento de los OGM y qué tan intachables los progenitores como para tan apasionados alegatos a favor.

Afortunadamente, existen decenas de registros históricos. En esta primera entrega tomaremos uno sólo, que se remonta a los años 40 y 50, cuando se aseguraba que el tabaco NO era dañino a la salud.

J. Sauret Valet, del Departamento de Neumología del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau de Barcelona, en su artículo “Las batallas históricas perdidas en la lucha contra el tabaquismo” nos ilustra cómo hasta los años 50 no se tomaban medidas contra el tabaco porque “para hacer patentes a los consumidores y a las autoridades responsables de las políticas sanitarias de los peligrosos efectos tóxicos del tabaco, era preciso conseguir argumentos científicos irrefutables”.

El mérito de la demostración epidemiológica del incremento en el riesgo de padecer cáncer de pulmón que tienen los fumadores, corresponde a los estudios realizados entre 1939 y 1943 por los alemanes F. H. Muller, E. Schaires y E. Schoniger. En los años 50 se reconfirman y se difunden ampliamente gracias a los estudios de los británicos R. Doll y B. Hill.

No fue sino hasta 1962 que se comienzan a tomar medidas a nivel gubernamental (dos decadas perdidas). Ese año el gobierno de Estados Unidos eligió un grupo de diez científicos para que analizaran las pruebas que se disponían. Sus conclusiones quedaron incluidas en el informe general sobre sanidad de 1964, donde se afirmaba que “fumar es un riesgo para la salud de suficiente importancia como para justificar la necesidad de acciones apropiadas para remediarlo”.

La primera medida que se tomó fue incluir en 1964 una advertencia en las cajetillas. Esta advertencia se reforzó en 1969 hasta quedar así “Las Autoridades Sanitarias advierten que el tabaco perjudica seriamente la salud”. Desde 1971 se prohibió todo tipo de publicidad de cigarrillos en radio y televisión. En las décadas de 1970 y 1980 varias ciudades y estados aprobaron leyes que exigían espacios reservados para no fumadores en los lugares públicos y en el trabajo.

En febrero de 1990 una ley federal prohibió fumar en todos los vuelos nacionales cuya duración fuera inferior a seis horas. En Europa la situación ha sido similar incluyendo en las cajetillas la advertencia de que fumar es perjudicial para la salud, prohibiendo fumar en vuelos y lugares públicos, y, regulando la publicidad.

Recientemente, en mayo de 2003, la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptó el primer tratado mundial contra el tabaco, que tiene como objetivo reducir la mortalidad y las enfermedades relacionadas con el consumo de tabaco en todo el mundo.

Las evidencias ya se conocían de mucho antes...
Pero las evidencias del daño del tabaco venia de mucho antes.
En 1911, Manuel Serrano Piqueras en su tesis doctoral 'El tabaco y el organismo' comprueba el grave daño del tabaco. En 1857, el cirujano de Edimburgo, John Lizars, describió la elevada incidencia de cáncer a la lengua en fumadores.

Pero ya en años como 1634, Francisco de Leyva y Aguilar alertó sobre 12 efectos perjudiciales del uso del tabaco (incluida la de escupir sangre). En 1628, Pedro López de León encontro en autopsias a cadáveres de fumadores "vísceras negras como el hollín".

Hasta la década de 1940 el fumar se consideraba algo inofensivo, pero las investigaciones clínicas y de laboratorio han demostrado desde entonces que el consumo de tabaco representa un riesgo para la salud. El humo del tabaco contiene más de 4 mil sustancias, algunas de las cuales son tóxicas y al menos 60 se sabe o se sospecha que son carcinógenas. La nicotina, el principio activo del tabaco, es tóxica y altamente adictiva. En los países industrializados, el tabaquismo se ha convertido en la primera causa de mortalidad evitable.

Haciendo tiempo para seguir teniendo ganancias
Los directivos de las tabacaleras se reunieron en un hotel de Nueva York en 1953 y diseñaron una estrategia para engañar al público ocultando el daño y la adicción producidas por la nicotina
La conspiración se inició en la gran sala del Hotel Plaza, cerca del Parque Central en Nueva York, el 15 de diciembre de 1953. Según explica el corresponsal de la BBC en EEUU, Stephen Evans, no hay duda de que dicha reunión entre los directivos de las principales tabacaleras se llevó a cabo y que allí se discutió el estado de la industria, incluyendo la investigación científica de los efectos del cigarrillo sobre la salud.

Lo que las autoridades demostraron es que en esa ocasión se llegó a un acuerdo para presentar una estrategia unificada que negara los efectos dañinos del tabaco, lo cual evidencia que se cometió un fraude. Y además, la parte acusadora consideró que en ese momento, se contaba con suficiente información que demostraba que el tabaco era adictivo y dañino.

A pesar de la evidencia científica, las tabacaleras elaboraron un esquema "para preservar e incrementar las ganancias de la industria maximizando el número de fumadores". Si bien la actitud de las tabacaleras ha cambiado en los últimos años y ahora admiten que el cigarrillo es nocivo para la salud, las mismas compañías sostienen que los argumentos brindados en el pasado que señalaban que el fumar no era perjudicial, fueron presentados en buena fe.

El proceso civil contra las tabacaleras por una suma de US$280 mil millones se realizó del 21 de setiembre de 2004 al 18 de agosto 2006, en un tribunal federal de Washington, y entre las empresas acusadas se encuentran Altria Group y su unidad Philip Morris USA, Lorillard Tobacco de Loews, Carolina Group, Liggett Group de Vector Group, R.J. Reynolds Tobacco de Reynolds American y British American Tobacco, una filial de British American Tobacco Investments.

Las tabacaleras fueron consideradas culpables de todos los cargos. La Juez de distrito estadounidense Gladys Kessler dijo que las compañías habían violado la ley, pero que no podían ser obligadas a financiar una multimillonaria campaña antitabaco, como había pedido el gobierno.

"Fumar cigarrillos causa enfermedades, sufrimiento y la muerte. Pese a que internamente reconocían este hecho, los acusados públicamente han negado, distorsionado y minimizado durante décadas el peligro de fumar", dijo en su fallo de 1.653 páginas. Kessler dijo que las compañías habían retenido investigaciones, destruido documentos y manipulado niveles de nicotina para perpetuar la adicción.

Lo real es que el poder de las grandes tabacaleras demoraron las decisiones políticas y sanitarias contra el tabaco. Suman varios los estudios e investigaciones que financiaron a doctores mercenarios para inducir la opinión pública y autoridades a decir que "no se sabe si causen daño”. Es así que la verdad tomó muchos años para imponerse.

El sentido común nos indica que los esfuerzos de las empresas tabacaleras fue de ganar tiempo con el argumento de la inocencia e inocuidad del tabaco para seguir manteniendo ganancias.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco es la primera causa evitable de enfermedad, invalidez y muerte prematura en el mundo. Fumar mata cinco millones al año. Está directamente relacionado con la aparición de 29 enfermedades (de las cuales 10 son diferentes tipos de cáncer) y es causa de un número significativo de las muertes por cáncer de pulmón y de más del 50% de las enfermedades cardiovasculares.

¿Ya encontró similitud en el debate con los transgénicos? Estudios independientes demuestran claras evidencias de peligro para la salud humana, el ambiente y la biodiversidad. Los estudios patrocinados por Monsanto, principal productora de transgénicos, “argumentan" y pretenden demostrar que no hacen daño alguno.

La FDA (Food and Drug Administration, Administración de Alimentos y Fármacos, por sus siglas en inglés) es la agencia gubernamental de los Estados Unidos responsable de la regulación de los transgénicos, y siendo una entidad estatal, le pide a la propia Monsanto que elabore los estudios sobre sus hijos -los transgénicos-. Es decir Monsanto es juez y parte.

Según los antecedentes históricos ¿Considera que será neutral en sus apreciaciones? ¿A quién debiéramos creerle? ¿la historia nos sirve de algo?

martes, 3 de marzo de 2009

Marco conceptual - sociedad civil, campesinos pobres y mercados

Marco conceptual - sociedad civil, campesinos pobres y mercados. Ver documento en pdf

Ricardo Claverías Huerse(1)


INTRODUCCION

Teniendo en cuenta que entre los propietarios de tierras agrícolas los campesinos en el Perú y Latinoamérica son la mayoría, constituyen también la mayoría de la población pobre; por lo tanto, es importante analizar en esa población las probables alternativas para reducir la pobreza y, aun más, para que pasen a conformar el sector de productores competitivos. Para lo cual, deberá tenerse en cuenta que entre las alternativas está la necesidad de la innovación tecnológica, la transformación de productos agrícolas, el fortalecimiento del capital social e institucional, lo que implica nuevas formas de organización empresarial y organización de redes para una articulación más equitativa con el mercado.

En tal sentido, la unidad de análisis de la presente investigación se relaciona con las economías campesinas pobres, cuyo objetivo principal es la satisfacción de las necesidades básicas de la familia, tienen bajos recursos productivos y económicos, se articulan con el mercado, están organizados en comunidades que comparten territorio (Carro, S. 2004 ) o viven como parceleros individuales. Para entrar a comprender la racionalidad de esa unidad de análisis, las preguntas centrales de la investigación son: ¿Cómo pasar de economías campesinas de subsistencia y pobres a economías agrícolas empresariales y competitivas? ¿Cómo el capital social, las organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos locales son los medios importantes para ese cambio?

Una de las posiciones de los campesinos frente a las posibilidades de desarrollo es actuar con aversión o con resistencia al cambio. Otra posición es ir al compás del cambio pero sin rumbo definido (Balfhor y Moure; 2005), sin empoderamiento del proceso. En los tiempos actuales donde el devenir es la norma, los únicos que sobresalen son los “protagonistas o líderes del cambio” (Drucker, 1999)(2), los que planifican el cambio de acuerdo al futuro deseado por la población y sus instituciones. Entonces ¿cómo lograr que en la sociedad civil se formen los “protagonistas o líderes del cambio”. (Drucker, 1999).

El marco teórico que a continuación se expone para analizar las referencias empíricas respecto a las anteriores interrogantes y preocupaciones, se sustenta en los siguientes lineamientos:

-El papel del capital social e institucional y las organizaciones de la sociedad civil (OSC) para el desarrollo económico y social de los campesinos pobres.
-Prerrequisitos sociales e institucionales para que funcionen adecuadamente los modelos de intervención con el fortalecimiento del capital social, las OSC y los gobiernos locales.
-Formas que adoptan el capital social y la OSC para enfrentar un entorno económico global adverso y en crisis.
-Aportes y desafíos para el capital social y para las organizaciones civiles a los procesos de reducción de la pobreza e inclusión socioeconómicas.
-Estrategias de la OSC para articularse con los otros sectores (Gobiernos locales y sector privado) y obtener recursos financieros, capacitación, tecnología y mejor articulación con el mercado y el medio urbano.
-Conceptos y metodología para evaluar el impacto de las propuestas.

Para entrar a la presentación de los contenidos de los conceptos principales de este marco teórico, se considera útil empezar por una somera descripción de los conceptos de capital social y OSC, así como los sectores que estructuran y confluyen en la sociedad, para lo cual se presenta un diagrama (modificado a partir del diagrama de Jacqueline Butcher. 2005):

1. Capital social e institucional y las organizaciones de la sociedad civil (OSC) en el desarrollo económico y social de los campesinos pobres

¿Qué es el capital social? Según Fukuyama (1999): “Es una norma informal y espontánea que promueve la cooperación entre los individuos”. El propio Fukuyama y otros como Klicksberg (1999) sostienen que esas normas para constituirse en capital social deben, además, conducir a la cooperación en los grupos y han de estar relacionadas con virtudes tradicionales como la confianza, honestidad, el honrar los compromisos, el seguro cumplimiento de los deberes, la reciprocidad, etc. Por otro lado, se ha planteado otro concepto asociado al anterior designado como capital institucional que: “Consiste en el stock de instituciones (organizaciones en el lenguaje de North) tanto públicas como privadas existentes en la región” (Boisier, Sergio. 2003).

Para que las propuestas se viabilicen en la práctica, Boisier anota que el capital institucional debe tener las siguientes características generales para promover el desarrollo: a) el número de ellas, b) el clima de relaciones inter-institucionales (cooperación, conflicto, neutralidad) y, c) el grado de modernidad de ellas (velocidad, flexibilidad, maleabilidad, resiliencia, inteligencia, identidad).

En la sociedad existen tres sectores que pueden estar fuerte o débilmente articulados por ese capital social: a) el gobierno o el Estado y sus instituciones, que es denominado como primer sector, destinado a asegurar, proteger o promover el bien común de los que se encuentran dentro de su territorio (Martínez, 2005); b) la empresa privada o segundo sector; c)la sociedad civil organizada, denomina tercer sector (Zampani, Roberto. 2003 )(3). El concepto de sociedad civil implica (Thompson y Toro, 1999) ( Reygadas, 1998) los procesos de participación y solidaridad que se ha observado en las últimas décadas en la evolución de los pueblos.

En suma, entonces, el capital social es la norma y los valores (Putnam, 1993 y North, 1993) que promueven la cooperación en términos totales en alguno o en entre los tres sectores de la sociedad; en tanto que la sociedad civil es el conjunto de las organizaciones e instituciones cívicas voluntarias y sociales que forman la base de una sociedad activa que no persigue el lucro, sino el bien social. La OSC es distinta a las estructuras del Estado o el gobierno, que es denominado primer sector y a las empresas, a esta última se le designa como el segundo sector o privado, cuya finalidad es el mercado, la ganancia o el lucro.

Uno de los rasgos principales que identifican a la sociedad civil es su autonomía, lo cual es distinta a la dominación estatal o del mercado. Se incluyen en la OSC a los partidos políticos (Olvera, 2003) o las agrupaciones religiosas cuando estos fijan su identidad fuera del Estado. La autonomía de la sociedad civil, por ejemplo, se ha manifestado casi siempre en las organizaciones campesinas, no solamente en periodo de paz, sino también en los periodos de gran violencia como fue el caso del tiempo del terrorismo en el Perú.


Sobre los roles del capital social, se afirma que cuando este se acumula positivamente fortalecen a la sociedad civil. El potencial del capital social se muestra en la existencia de la sociedad civil particularmente en los períodos de invisibilidad del movimiento popular (Salazar, 2001), pero también en los tiempos del desarrollo económico. El capital social, a diferencia del capital individual o humano (aunque también tiene un rol importante en las redes dirigidas a individuos) (Coleman,1990), en una visión económico-social está más ligado a las prácticas económicas de los agentes a los actores sociales, y el poder de sus redes (Bourdieu, 2001); es decir, el capital social es “un bien colectivo” (Coleman,1990). “Sus ventajas no son sólo para algunos individuos, sino para todos los que participan de la red” (Trigilia,2003). Es por ello la importancia teórica y práctica de la necesidad de considerar el entrelazamiento de ambos conceptos: capital social-institucional y sociedad civil organizada.
Las relaciones entre capital social y el desarrollo de los grupos u organizaciones que conforman la sociedad civil serán mayores en la medida que, en las políticas y en los proyectos, se trabajen con el enfoque del Desarrollo Territorial, porque en este enfoque consideran esencialmente la propuesta de un proyecto integrador para un territorio determinado, sea para un país, región o localidad (Gallicchio, E y Winchester, L. 2003). Los ejes de esa propuesta son la transformación industrial y el desarrollo institucional en un determinado territorio (Schejtman y J. Berdegué.2002), con lo que se logrará una mayor integración de la sociedad (entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil), así como una mayor articulación de lo rural y urbano, una relación más equitativa de los productores con el mercado. Proceso que coadyuvaría a reducir la pobreza, convirtiendo a territorios pobres en competitivos.
Por otro lado, el comportamiento de la sociedad civil también repercute positiva o negativamente en el capital social; por ejemplo, cuando la OSC se articula en un plano de concertación con otras instituciones de los otros sectores de la sociedad (con el gobierno local y con el sector privado), provoca un fortalecimiento y una mayor articulación horizontal -y no sólo vertical- del capital social. Ese es uno de los limitantes de las organizaciones andinas cuando su identidad es muy individualista cuando solamente tratan de lograr ganancia para sus empresas individuales (Claverías, 2008) o localistas, cuando solamente luchan por su comunidad, más no por los intereses del desarrollo de otras comunidades o de la localidad, la región y la nación. A esa tendencia de algunas comunidades andinas localistas se les denomina como “comunitaristas” o no societales (Tanaka, 2001).

2. Requisitos sociales e institucionales para que funcionen adecuadamente los modelos de intervención con el fortalecimiento del capital social, las OSC y los gobiernos locales

Las instituciones, entendidas como reglas formales y sus mecanismos de ejecución, pueden incentivar –en el caso del presente estudio- a los campesinos a que se agrupen y organicen para lograr el cambio tecnológico y el proceso de desarrollo económico, social, político y cultural. De este modo, deberá distinguirse entre las instituciones (reglas de juego) y las organizaciones y los individuos de la sociedad civil (que son jugadores, al igual que los individuos). El marco institucional determina el costo de realizar transacciones, y de este modo las posibilidades de especialización e intercambio de una economía (Caballero, 2001, 2002). Entre los requisitos principales que debe tener el capital institucional para el desarrollo son los siguientes:

Las instituciones de un país o de una localidad propician la inversión y el crecimiento cuando se respetan los derechos de propiedad y las reglas políticas, como también cuando en sus instituciones se cumplen las normas, códigos de conducta y se propician factores culturales que ayuden a promover el desarrollo. En tal sentido, cuando ese ambiente institucional prime en los gobiernos locales, en los centros educativos, en las mesas de concertación se crea un ambiente para el desarrollo económico y social y el crecimiento del mercado.

La noción de capital social, que implica redes de confianza interpersonal en la sociedad, deberá institucionalizarse en la articulación de las organizaciones de las tres esferas (gobierno, sector privado y OSC). Particularmente, para ayudar a superar la pobreza, el capital social debe institucionalizarse en la sociedad civil tanto para afiatar más su identidad y autonomía, como también para entrar a otras fronteras que no le pertenecen como es el del mercado (que implica fines de lucro), proceso que deberá basarse en los propios proyectos de vida de la OSC, así como en redes que pueden ser impulsadas por normas de reciprocidad y de ayuda mutua entre las familias y las organizaciones que conforman la sociedad civil.

La presencia de estas redes de confianza e identidad colectiva –y no solamente individual- entre las instituciones de la sociedad civil implica una solución a los problemas de la baja producción de los campesinos al provocarse la necesidad de que se abran a la innovación y a la difusión de los nuevos conocimientos. Con lo que se impulsa a los individuos a que asuman la necesidad de cambios para aumentar la cantidad y calidad en la oferta de sus productos, de lo contrario, aisladamente no tienen capacidad de oferta. Por ejemplo, las redes basadas en el asociacionismo entre campesinos pobres permite que sus productos tradicionales de baja calidad y cantidad (debido a la tecnología tradicional y a la producción y comercialización individual) cambie, se innove y se establezca mayor fluidez con el mercado (es, pues, el principio del capital social y la economía de los costes de transacción; Williamson, 2000).

El capital social fortalece a las organizaciones de la sociedad civil en la medida que motiva al asociasionismo de los productores, basados en la confianza y en el conocimiento de los mercados, mediado por las cadenas productivas formalizadas y por la cooperación entre los productores asociados y con los demás agentes de la cadena productiva. En este sentido, el análisis del asociacionismo y la cooperación debe ser realizado desde un enfoque dinámico que estudie los procesos de las redes sociales que implementan en una sociedad, de las nuevas conductas que muestren el poder de las sinergias y solucionan los problemas del tipo “campesino aislado y pobre”, con racionalidad individual.

Asimismo, el cerco que aísla a las economías campesinas de la innovación tecnológica, de la falta de organización empresarial y del mercado, se debe también a la falta de conocimientos sobre las nuevas tecnologías y la dinámica de los mercados que se ubican más allá de sus localidades. Ese cerco se empieza a romper con los flujos de información que dependen del capital social, de las normas recíprocas y la acción colectiva de las redes sociales (Putnam; 2000), así como también como efecto de las nuevas instituciones que se crean en la sociedad civil, como pueden ser las empresas cooperativas. El capital social ayuda a compartir la información, la planificación de actividades y la adopción de elecciones colectivas (Serageldin y Grootaert, 2000). Esto favorecerá el funcionamiento del sistema político e impulsará el desarrollo económico (Caballero, G. 2005).

Es necesario precisar que el capital social resulta explicativamente más potente para promover el desarrollo de la sociedad civil y para la promoción del desarrollo económico si está institucionalmente integrado. Eso se expresa cuando el capital social ha articulado a las instituciones de la localidad y, particularmente, a las diversas organizaciones de la sociedad civil (por ejemplo, a junta de regantes, comités de productores y redes sociales en general), con lo cual puede generar un mayor impacto en el cambio de economías campesinas tradicionales hacia economías agrícolas empresariales.

Otro requisito de las instituciones para un modelo de intervenciones en el desarrollo económico en determinadas organizaciones de la sociedad civil, es analizar los factores políticos, sociales, culturales y el contexto que determinan la dinámica institucional; para ello, hay que estudiar las culturas locales, sus valores, sus cosmovisiones y cómo a partir de esa cultura las organizaciones de la sociedad civil (OSC) establecen una determinada racionalidad y decisiones para el cambio.

En ese sentido deberá analizarse los problemas económicos y sociales de los campesinos (como grupos y como individuos), sus visiones tradicionales y sus visiones propias respecto al cambio tecnológico, institucional y el mercado; por ejemplo, en el Perú se ha sostenido que las formas de relación del hombre andino con el mercado tiene distintas connotaciones (Ana Espejo; SEPAR. 2009) en comparación a la sociedad moderna; donde se sostiene que mientras el modelo de acumulación moderno exige el uso de la monoproducción estandarizada, en las organizaciones de la sociedad civil en los Andes peruanos se responde con una acumulación flexible (Moncayo, 2001), es decir, con la biodiversidad y las diversas acciones agrícolas y no agrícolas (esclarecidas por lo que se denomina como Nueva Ruralidad. Pérez, A y Caballero, J.M.2003).

En tal sentido, en estos territorios andinos, los principios del marketing cambian en razón de la cultura local. Por ejemplo, la demanda no puede ser el punto de partida en el marketing pro pobres rurales (Zelada, F. 2008), como sí lo es en la empresa moderna, por el contrario, aquí en las economías campesinas que se modernizan se parte por la oferta de sus empresas y sus organizaciones, donde analizan las posibilidades de obtener éxito en el mercado. Aunque a diferencia de las economías campesinas tradicionales, en estas economías campesinas, que se modernizan, en sus nuevas organizaciones analizan las ventajas productivas de determinados productos que ellos cultivan o transforman. Ventajas productivas que son evaluadas en relación a los requerimientos de la demanda, tanto en cantidad como en calidad, para lo cual se ven obligados a innovar la tecnología, a realizar cambios en su cédula de cultivos o en sus crianzas ganaderas y en sus organizaciones empresariales. Esos cambios se muestran hoy mediante la venta de muchos cultivos en cantidades sorprendentes (quinua, kiwicha, tara, sacha inchi, etc.) y crianzas andinas (cuyes, alpacas, etc,).


3. Formas del capital social y la OSC para enfrentar un entorno económico global adverso y en crisis

En este lineamiento se asumen también los temas de los aportes y desafíos del capital social y las organizaciones civiles en los procesos de reducción de la pobreza e inclusión socio-económicas; así como también se anotan las estrategias que utiliza la OSC –particularmente las organizaciones campesinas- para articularse con los otros sectores (gobiernos locales y sector privado) para obtener recursos financieros, capacitación, tecnología y mejor articulación con el mercado y el medio urbano.

Tanto el capital social como las organizaciones de la sociedad civil son conceptos situacionales y dinámicos. Implican visiones abiertas de la acción social, no están rígidamente vinculados a los valores heredados (Trigilia, 2003)–aunque no prescindan de la tradición- y , por el contrario, se abren para acoger las innovaciones a través de la interacción social o mediante la acción intercultural y del desarrollo de nuevas formas de cooperación, pero también incorporan nuevas necesidades y objetivos, y en relación con el contexto, incorporan nuevas racionalidades productivas.

Esos cambios de las formas del capital social y de las organizaciones de la sociedad civil aligeran el paso de economías campesinas pobres en posibles economías agrícolas o de transformación empresariales. Eso es lo que hoy se está evidenciando como estrategia de los emigrantes o los campesinos que se quedan en el medio rural para organizarse en MYPES, con lo cual responden a lo adverso de la globalización y la crisis actual.

Otra forma de cambio de estrategias en la OSC para adaptarse a los nuevos retos y crisis de la sociedad global es el aprovechamiento de la descentralización, de la democracia y el fortalecimiento, así hoy están recibiendo dinero los gobiernos locales mediante el aumento de fondos financieros para que promuevan el desarrollo económico local. En esos procesos, es importante la participación de la OSC en la identificación y aprobación de proyectos para el desarrollo local (en el gobierno anterior, el Perú se han aprobado dispositivos legales para que la población emita sus propuestas mediante los denominados “Presupuestos Participativos; Conterno, E. 20051), porque los campesinos pobres tienen mayores oportunidades para cambiar de una economía de subsistencia hacia el desarrollo.

Por otro lado, los campesinos pobres tienen nuevas oportunidades cuando participan en los proyectos financiados por las instituciones cooperantes como las ONGs y el sector privado. Esas oportunidades se han abierto más para los campesinos con los procesos que hoy se denominan como “Responsabilidad Social Empresarial”. No obstante es importante anotar que, en ese nuevo modelo de intervención por parte de las instituciones del sector privado y del Estado, debe lograrse que la OSC participe realmente en la identificación y elaboración de esos proyectos. Penso (2005) sostiene : “Este modelo de intervención implica la promoción de la participación de la comunidad, que la gente se apropie del proyecto y, para ello, se requiere el conocimiento y el diálogo con las personas que se van organizando o ya están organizadas en una determinada comunidad”. Sin embargo, como anota Bebbington (2005), debe tenerse siempre respuestas veraces si ¿ la participación de las “voces de los pobres” contribuye en los procesos de concertación o en los proyectos a fortalecer la vida asociativa y a la “democratización del poder”?

En la perspectiva de la presente investigación cuya base de reflexión se refiere a cómo los campesinos de una producción de subsistencia lograrán el cambio hacia la producción empresarial, se requiere que la OSC pase del ámbito de lo estrictamente social (ausencia del lucro) al campo económico, al ámbito privado de las empresas; pero sin que se pierda el carácter de una economía social a la producción de un “valor social agregado”, donde la mayoría de la población se beneficie; es decir, que el proceso de cambio sea inclusivo.

En ese sentido, son importantes las afirmaciones de Benoit (2003) cuando explica la existencia de diversos tipos de organizaciones de la OSC en relación a las actividades económicas, de producción concreta de bienes y de servicios que sume diversas formas plurales, que pueden ser mercantiles o no mercantiles (redistribución) y no monetarias (reciprocidad y don). A su vez, es importante que en este sistema social se encuentren organizaciones que participen en la actividad económica, no obstante sus reglas - estatutos jurídicos diversos- que indican que son organizaciones sin fines lucrativos (Rotman,A. 2005), como pueden ser clubes sociales, grupos de danzarines, asociaciones religiosas, etc., sin embargo también allí se planifican y ejecutan negocios.

Es importante el debate en Argentina recogido por Rotman (2005) donde se destacan las ideas de Coraggio (2003) quien originalmente ha propuesto el concepto de “economía del trabajo” o “economía popular” para designar a un subsector de la economía compuesto por unidades domésticas, cuya racionalidad principal es garantizar la reproducción ampliada de la vida. La extensión de este sector económico al ámbito social, en el caso peruano, incluye lo que hoy se está denominando como redes interfamiliares que construyen cadenas productivas espontáneas (el ejemplo de las cadenas de las familias de los Mamani(4) en el Sur peruano).

Esas redes se fortalecen basadas en las organizaciones de la sociedad civil sin fines de lucro, como las organizaciones de danzarines que agrupan a barrios de ciudades de gran dinámica comercial, que se agrupan para bailar y rendir culto religioso a un santo patrón, que no tienen fines de lucro, pero allí acuerdan también grandes negocios basados en la confianza que da la fuerza de la identidad cultural.

El capital social es de extraordinaria importancia en el fortalecimiento de la sociedad civil, particularmente en las sociedades tradicionales, sobre todo cuando estas tienen que pasar a una economía de mercado, donde las organizaciones tradicionales son amenazadas con quebrar o sucumbir si es que las familias no se organizan autónomamente. Cuando las sociedades tradicionales empiezan a modernizarse tienen mayor éxito cuando se crean y funcionan nuevas redes de relaciones sociales de reciprocidad, lo cual es incentivada por la confianza y la identidad cultural entre las familias o paisanos. Relaciones de redes o cadenas productivas informales que se establecen tanto en la producción como en la comercialización. La confianza y el respecto por la palabra empeñada entre los participantes en esas redes son valores fortalecidos por la identidad territorial de los participantes en esas redes.

Asimismo, la conformación de esas redes son estratégicas también para relacionar a las comunidades con los actores y contexto externos al territorio. En esos contextos, cuando el capital social es utilizado al máximo y la sociedad civil es más autónoma (se rompe con el clientelismo(5), el asistencialismo o la filantropía), las localidades y regiones tienden a desarrollarse más rápidamente que en aquellas donde es muy débil o está ausente el capital social y la sociedad social es más dependiente de otras instituciones, como se demuestra en los estudios de M. Carmagnani (2000) en las regiones rurales de Italia o en las comunidades campesinas del Perú, Puno (Claverías,2008).

Varios autores, como Rotman, comentan también que es importante citar en este contexto la propuesta conceptual de Donati (1999) acerca del ámbito de lo “privado social” (o relación de lo económico con lo colectivo), que es uno de los cuatro polos que organizan la satisfacción de necesidades de la sociedad, incluyéndose del mercado, del Estado y del tercer sector. En efecto, Donati hace visible la acción de las “redes primarias” conformadas por la familia, los grupos de amigos y otras redes no institucionalizadas. Donde se fusionan tanto lo privado-mercado con lo social. Es decir, la sociedad civil sería un ámbito positivo para que se motive las prácticas para la realización de los intereses privados, pero a costa que esos intereses satisfagan también los intereses colectivos o sociales.

Esa fusión de lo privado y lo social es importante para cambiar los roles, por ejemplo, de las organizaciones de la sociedad civil que actualmente se benefician de los programas sociales del Gobierno (Club de Madres, Comedores Populares, Vaso de Leche, Organización de Minusválidos, etc.), que son organizaciones sin fines de lucro u “organizaciones de asistencia” (Crovetto, M. 2004). Pero, si a ese modelo de organización social se le añade los componentes del modelo de la economía social o la economía del trabajo, entonces la población pasaría de ser receptora de la ayuda con alimentos por parte del Gobierno a ser generadora de valores económicos y de rentabilidad social, pues crearía valores económicos agregados y también valores sociales agregados, porque los resultados de esas nuevas organizaciones –que podrían ser motivados por los gobiernos municipales- crearían nuevos empleos, generarían mayor riqueza en la sociedad y se reduciría la pobreza, sin que esas organizaciones pierdan su autonomía.

En conclusión y para entrar a sintetizar esta discusión conceptual en relación con las preguntas de nuestra investigación -¿Cómo pasar de economías campesinas de subsistencia y pobres a economías agrícolas empresariales y competitivas? ¿Cómo el capital social, las organizaciones de la sociedad civil y los gobiernos locales son los medios importantes para ese cambio?- debe concebirse a la esfera económica y privada como también social, orientada a satisfacer la necesidades sociales, tanto las que funcionan en el mercado como las que circulan por otras redes. En la denominada “Economía Solidaria” (Fundacion Universitaria Luis Amigó; 2005) o el “Comercio Justo”(6) en gran parte responden a esta propuesta, agregándose que se deberá crear nuevas organizaciones empresariales que asuman ambas características: lo privado y lo social. Al respecto los trabajos de Julio Alfaro (2008) nos da luces sobre cómo son estas nuevas empresas en los Andes del Perú, que traspasan los límites entre lo privado y lo social o entre el mercado y los fines del no lucro.

4. Capital social, sociedad civil y desarrollo local: conceptos y metodología para evaluar el impacto de las propuestas

Como se ha sostenido, para las propuestas del desarrollo y la reducción de la pobreza es muy importante el fortalecimiento del capital social y la sociedad civil y, aún más en el contexto actual de la globalización o la crisis internacional. Uno de los efectos de la globalización es la mayor competencia entre los territorios (Storper, 1997) donde es crucial el rol del capital social –que une y moderniza a las instituciones locales para que impulsen la competitividad-, así como también la autonomía y la creatividad de la sociedad civil. Otro factor para el desarrollo territorial son los cambios de roles de algunas de las organizaciones de la OSC -sin fines de lucro- para el desarrollo económico, lo cual implica la ganancia o el lucro.

La globalización puede debilitar ciertas áreas o territorios locales, no sólo por los costos sino también porque unas localidades se innovan, en tanto que otras no. Las localidades favorecidas serán aquellas que valorizan su capital social y la participación innovativa de la sociedad civil, así como la articulación concertada con los otros sectores como son el gobierno y sector privado, para provocar cambios en la educación salud y para el mejoramiento de la calidad de vida, para incluir a más territorios.
En tal sentido, es importante tratar el tema de los roles del capital social y la sociedad civil para el desarrollo local, pero también es valioso medir los impactos de los modelos de intervención en el desarrollo local, con lo cual se evidenciarían los impactos de aquella unión entre capital social y sociedad civil, donde media necesariamente el capital humano (las capacidades y la calidad de vida para el desarrollo).

Empezamos por definir el desarrollo local como un “proceso de prácticas participativas, que tiene en cuenta las fortalezas y oportunidades del territorio en función de los recursos naturales, económicos, sociales, culturales y políticos. El desarrollo local apunta a mejorar la calidad de vida de la población de manera sostenible, aumentando los ingresos con niveles crecientes de equidad” (Schejtman y Berdegué. 2002). Sandra Carro (2004) agrega “pero el desarrollo local se centra en un proyecto territorial que exige la capacidad de reconocer y valorar los recursos del entorno (naturales y sociales) y la capacidad de asociarse para generar acciones colectivas con integración intersectorial. El desarrollo de estas capacidades implica un proceso de confrontación y concertación de intereses”.

Esas capacidades implican también la necesidad de desarrollar propuestas de asocios o articulación entre gobiernos locales (por ejemplo, las mancomunidades) para integrar territorios, así como el desarrollo del capital humano para innovar y transformar, lo cual es evidenciado hoy en los desarrollos locales en el Perú y Latinoamérica (sobre el avance de las mancomunidades en Latinoamérica puede verse, por ejemplo Chorlaví 2007). De allí la importancia que se fortalezca el capital social para generar alianzas territoriales entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil. Alianzas no solamente para concordar entre intereses diferentes sino también para integrar sectores económicos y de servicios en cada una de la localidades territorializadas por planificaciones estratégicas, proyectos y por las alianzas territoriales.

Sin embargo, los roles del capital social para el desarrollo no lo es todo, también tiene que acumularse otros tipos de capital (como capital humano, natural, cívico, etc.) y tiene que construirse un contexto local, regional y nacional apropiado para que todos esos factores en sinergia repercutan favorablemente en los procesos de inclusión de los subterritorios y de los sistemas de producción –como el de los campesinos de subsistencia- en el desarrollo local. Donde el enfoque de la nueva ruralidad sirve para ejecutar proyectos que se superpongan a los límites de la pequeña propiedad de los campesinos pobres.

En este contexto y tratando de recuperar una de las preguntas centrales que guían a esta investigación, para el desarrollo local que impacte positivamente a los procesos de desarrollo de los campesinos pobres, se requiere que se creen las condiciones para que los “protagonistas o líderes del cambio” (Drucker, 1999)(7) se armen de mayores conocimientos, capacidades y actitudes para planificar el cambio de acuerdo al futuro deseado por la población y sus instituciones. En tal sentido, el modelo de intervenciones debería basarse en un nuevo modelo de desarrollo local promovido por los municipios. En el cual se crearía un centro especializado para la elaboración y ejecución de planes y proyectos para el desarrollo, propuesta que deberá ir acompañada con una metodología de seguimiento y monitoreo.

La propuesta para lograr un contexto favorable para el desarrollo de las economías campesinas pobres y para los demás sectores sociales es tratar de lograr el desarrollo económico y social local, que promueva proyectos en la sociedad civil para crear territorios competitivos, pero también que se logre el desarrollo humano sostenible en el distrito. En esa perspectiva se propone una metodología de seguimiento y evaluación de los avances y resultados de los roles del capital social y la sociedad en el desarrollo local, el que deberá ser promovido por los gobiernos municipales y las instituciones locales.

En tal sentido, se trata de medir con indicadores cuantitativos los procesos y los resultados tangibles de las estrategias de intervención para el desarrollo local en términos económicos, sociales y humanos. Los indicadores para evaluar los impactos se proponen los siguientes:


Incremento del ingreso bruto familiar de las familias campesinas.
Incremento de la productividad de los principales productos.
Incremento de la venta de productos agrícolas o transformados.
% de la población pobre pasa a acceder a satisfactores de Necesidades Básicas.
Número de MYPEs promovidas aumentan sus ingresos netos.
Incremento de las capacidades de autoridades y líderes locales para elaborar planes y proyectos de desarrollo.
Un porcentaje de los proyectos (incluye medio ambiente, educación y salud) programados y elaborados por una oficina especial del gobierno municipal.
Plataformas interinstitucionales logran alianzas territoriales
Un número determinado de asociaciones y cadenas productivas promovidas por la municipalidad gestionan concertadamente el desarrollo socio económico de su localidad.
Los distritos y los caseríos se encuentran articulados entre sí y con el mercado urbano
Creación y fortalecimiento institucional mediante resoluciones e incremento del presupuesto (cantidad de financiación) del gobierno municipal.
Número de instituciones y población participante en Presupuesto Participativo.
Índice de desarrollo económico y social local.


Los objetivos que deben aparecer en un “Mapa Estratégico” (elaborado con la metodología del “Balanced Score Card”) en la base se ubican y conectan las variables de los objetivos que explican el desarrollo del capital social y humano (como causas) y, en la parte superior, se ubican los efectos (desarrollo local, reducción de la pobreza, inclusión de subterritorios, etc.) del mapa, que son los satisfactores del desarrollo de la sociedad.

Fuente: Modificado a partir de G&C Global Solución. 2008

Los resultados de ese ejercicio (con 12 indicadores, además del índice del desarrollo local), a manera de ejemplo son expuestos en el siguiente diagrama donde se simula los impactos logrados entre los años 2009 al 2013:

Fuente: Ricardo Claverías.2008


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(1) Responsable del Area de Investigación y capacitación del Centro de Investigación Educación y Desarrollo (CIED) ricardo@ciedperu.org
(2) “¿Qué significa ser Protagonista del Cambio? Consiste en trabajar de manera sistemática, intencionada y constante con el fin de identificar las situaciones de cambio y apalancarlas en oportunidades que permitan alcanzar ciertos objetivos. Aquí yace de manera implícita la idea de Innovación (Drucker, 1986). La persona u organización innovadora es aquella que se esfuerza en forma deliberada, racional y disciplinada y que compromete recursos con la intención de provocar oportunidades en cada proceso de cambio identificado. Un concepto muy relacionado con la actividad innovadora es la figura del Emprendedor” (Balfhor y Moure; 2005).
(3) “El concepto de Tercer Sector surge a partir de reconocer la existencia de una tercera esfera de acción que no estaría comprendida dentro de los límites del mercado y el Estado. En este sentido, varios autores diferencian por ejemplo el Tercer Sector No Lucrativo y el Tercer Sector de la Economía Social”.

(4) En los Andes del Perú, determinados grupos de campesinos que están saliendo de la pobreza se relacionan permanentemente con las actividades productivas agropecuarias y con la transformación o semi-transformación de insumos agropecuarios y los grandes mercados tradicionales del país. Estos pequeños empresarios (los que identificamos como las familias de los Mamani, los Quispe, los Panclas, etc. en el Sur o en el Norte del Perú) han formado cadenas productivas y de valor espontáneas, sin la participación de otras instituciones’’ Claverías, R. 2007. El tesoro de los Andes y los nuevos empresarios exitosos en el Peru. ED. CIED. Lima.
(5) Sobre una tipología del clientelismo moderno y sus efectos en el campo, puede verse Durston, 2009.

(6) CARITAS. (www. caritas. org.pe). “El objetivo principal del comercio justo es garantizar a los productores una compensación justa por su trabajo. Tanto el productor como el consumidor se benefician. Ya que el productor incrementa sus ingresos, permitiendo su desarrollo y el consumidor adquiere un producto de calidad a un precio justo, y brinda apoyo al desarrollo del productor. Algunos criterios de intercambio del comercio justo se resumen en: Que los productos sean elaborados por pequeños productores agrupados en forma cooperativa o en otras alternativas de trabajo asociado, asegurando en todo caso condiciones dignas de trabajo. Las operaciones comerciales son directas con las contrapartes, evitando así intermediarios y especuladores. Garantizar a los productores un precio de compra justo para sus productos y para el proceso de elaboración. Este precio siempre es superior a lo que obtendrían a través del mercado tradicional. Invertir parte de los beneficios en programas de desarrollo comunitario.

(7)“¿Qué significa ser Protagonista del Cambio? Consiste en trabajar de manera sistemática, intencionada y constante con el fin de identificar las situaciones de cambio y apalancarlas en oportunidades que permitan alcanzar ciertos objetivos. Aquí yace de manera implícita la idea de Innovación (Drucker, 1986). La persona u organización innovadora es aquella que se esfuerza en forma deliberada, racional y disciplinada y que compromete recursos con la intención de provocar oportunidades en cada proceso de cambio identificado. Un concepto muy relacionado con la actividad innovadora, es la figura del Emprendedor” (Balfhor; 2005).

martes, 24 de febrero de 2009

Sociedad civil, campesinos pobres, empresas y mercados

En el nuevo plan estratégico que se está elaborando en el CIED (para los años 2010-2012), se están manejando nuevos conceptos para tratar de reducir la pobreza y lograr el desarrollo sostenible. En ese documento se abren nuevas perspectivas de trabajo en nuestros proyectos, como es la necesidad de crear territorios competitivos o más concretamente “el desarrollo de emprendimientos sostenibles, logra un manejo y visión empresarial por parte de los productores del medio rural”.

Sin embargo, es oportuno recordar que los productores con los que generalmente trabajamos, son pequeños campesinos de bajos recursos. Producen mayormente para subsistir, cuya racionalidad (entendida como “las opciones que toman los productores confrontado con un conjunto de alternativas tecnológicas y sociales las evalúa y prioriza de acuerdo con sus objetivos”) es producir alimentos y otros medios para que la unidad familiar subsista. Es decir, la racionalidad de los campesinos con los que trabajamos se caracteriza por el objetivo el principal de:

“Producir, usar determinadas tecnologías y organizarse para satisfacer las necesidades familiares, en lo cual el mercado puede ser también el mediador”.

A diferencia de los productores agrarios que ya tienen una racionalidad empresarial, cuyo objetivo principal, es:

“Producir, usar determinadas tecnologías y organizarse para La maximización de la ganancia y responden a necesidades del mercado”.

Por lo tanto, uno de los problemas principales a resolver es el siguiente: ¿cómo pasar de economías campesinas pobres de subsistencia –incluso de infra subsistencia- a economías agrícolas empresariales, productoras de excedentes, no pobres y competitivas? ¿Cómo pasar de economías campesina que no tienen en cuenta como objetivo principal las necesidades de la demanda, como hoy se les exige a los productores modernos? ¿En los tiempos actuales se puede reducir la pobreza sin pasar a una economía articulada al mercado? o ¿cómo adecuar la oferta tradicional de los campesinos pobres a las nuevas demandas del mercado moderno? Proceso que también exige cambios tecnológicos (necesidad de aumento de la oferta y la calidad de los productos) y empresariales en las economías campesinas tradicionales, por ejemplo, cuando empiezan a vender los productos andinos (tradicionales) incentivados por las nuevas demandas del mercado nacional e, incluso, internacional (son los casos del aumento de la venta de quinua, uña de gato, sacha inchi, papa nativa, tara, etc.).

Para que nosotros como profesionales que trabajamos en las ONGs, bajo el supuesto que queremos ayudar a elaborar propuestas para reducir la pobreza, debemos prepararnos para facilitar esos procesos de cambios. Para lo cual nuestra preparación debe ser teórica-metodológica y tratar de mostrar participativamente impactos en la práctica.

En tal sentido, ello exige que nos armemos de conceptos y herramientas para intervenir y analizar la racionalidad de las economías campesinas y el paso a una economía agrícola empresarial. En relación a todo ello las preguntas básicas son las siguientes:

¿Cuál es la ruta crítica (o las rutas) y el cambio de actitudes para el cambio de esas racionalidades?

¿Cómo pasar de economías campesinas pobres a economías agrícolas empresariales y competitivas?

¿Cuáles son las condiciones o las propuestas tecnológicas, económicas y sociales para que los campesinos cambien de decisiones y opten por una economía empresarial?

No podría pensarse que ese cambio entre los productores del medio rural e, incluso entre los que dedican a la agroindustria (como los artesanos o las MYPES en general), pueda ser mecánico o rápido de la noche a la mañana. O que ese cambio sea natural, como la primavera le sucede al invierno. O que ese cambio provenga de alguna orden externa, de la sola puesta en marcha de un proyecto elaborado por nosotros.

En tal sentido y dado que en nuestro nuevo Plan Estratégico estamos adoptando como unos de los enfoques principales el Desarrollo Territorial” (DT) y la “Nueva Ruralidad” (NR) (a propósito vean el artículo de Fernando Eguren, evaluador externo del CIED que ha publicado en La República del día 20 de febrero, donde sostiene que este enfoque del DT es el “más adecuado” para el desarrollo rural), en los cuales se sostiene que hay que incluir a los subterritorios y las economías marginadas –como es el caso de los pequeños productores campesinos-. Entonces, es propio y útil agregar las siguientes preguntas:

¿Cómo ayudan los enfoques del DT y la NR a la viabilidad de las propuestas para que los campesinos pobres aprovechen las nuevas oportunidades del mercado y superen su situación de pobreza?

¿Cómo estos enfoques ayudaran a absolver los desafíos del TLC, de la crisis internacional para la integración al desarrollo de los subterritorios con predominio de economías campesinas tradicionales?

Con estas notas quisiera invitarlos a participar en una conferencia electrónica interna sobre el tema de:

Sociedad civil, campesinos pobres, empresas y mercados

Este tema, que respondería a la realidad anteriormente descripta, nos exige asumir marcos teóricos y metodologías entorno a las expectativas económicas que tienen las organizaciones de la sociedad civil (organizaciones autónomas de la población que es denominada como el “Tercer Sector”, los otros son el Sector del Estado y el Sector Privado). En la que se encuentran las diversas organizaciones que existen en las pequeñas economías campesinas con las que trabajamos.

Nuestra hipótesis inicial para empezar a analizar la realidad sobre esos procesos cambios –de economía campesinas de subsistencia a economías agrícolas empresariales-, promovidos por las organizaciones de la sociedad civil, explica lo siguiente:

Las organizaciones de la sociedad civil, la cultura tradicional y la moderna que impulsa a la organización empresarial, se constituyen en los medios autónomos más importantes para superar muchos de sus problemas productivos y económicos principales de los campesinos. Así como para el paso de campesinos pobres a pequeños empresarios exitosos.

Con esos medios organizativos y culturales los campesinos pobres pueden superar o se están superando los problemas que se derivan no solamente del minifundio, sino también de las consecuencias negativas de estar ubicados en ecosistemas de frágiles y de altos riesgos (sequías, heladas, mercados imperfectos,etc.), frente a lo cual por milenios los campesinos no han abandonado la sierra –como tampoco lo debemos hacer las ONGs-.

En ese contexto, como tema central de esta conferencia escribamos algunas notas sobre las experiencias que tenemos sobre:

¿Cómo los campesinos -con los cuáles trabajamos- están pasando de una economía de subsistencia hacia una economía empresarial exitosa?

¿Cómo las organizaciones de la sociedad civil son medios importante para ese cambio?

Proceso de cambios que se estarían efectuando ya sea ayudado por el asociacionismo, las cadenas productivas y otras formas de organización de la sociedad civil, las que estarían siendo promovidas por las ONGs, por los gobiernos locales o por las organizaciones familiares tradicionales y la propia cultura originaria, las cuales se pueden estar fortaleciéndose cuando encuentra nuevos oportunidades de mercados, ya sea para productos agrícolas o no agrícolas.

Esas organizaciones de los campesinos serían las expresiones de nuevas formas de capital social, el que unido a las organizaciones tradicionales –comunidades, ayllus, familias extensas, etc.-, se estarían constituyendo en nuevas estrategias para reducir la pobreza y crear riqueza en sus comunidades.

Nueva organización de base que sugiere que las organizaciones de la sociedad civil no solamente sirve para movilizarse con la finalidad justa de exigir al gobierno que les brinde ayuda para sobrevivir, sino también sirven de medios para generar autónomamente mayores ingresos, nuevos puestos de trabajo, nuevos valores económicos que les permitan salir de la pobreza.

Mientras Uds. escriben sus experiencias al respecto, mi compromiso es elaborar una síntesis del marco teórico para explicar y analizar esas experiencias. Ese trabajo lo enviaré muy pronto a sus correos.

Espero sus comentarios y experiencias.

Un abrazo fraterno,
Ricardo Claverías

martes, 30 de setiembre de 2008

LA AGRICULTURA EN LA NUEVA RURALIDAD: Una complementación necesaria


Por: Ricardo Claverías Huerse

La tesis central que se planteó en esta exposición efectuada en los “Desayunos Temáticos” organizados por el CIED en homenaje a sus 35 años de vida, es la siguiente: que si bien es cierto la denominada “Nueva Ruralidad”, destaca la importancia que vienen teniendo las actividades no agropecuarias en el mundo rural - como la pequeña industria, el turismo, la artesanía, etc. - para generar mayor empleo e ingresos a las familias del campo; en esa Nueva Ruralidad no se debe perder la perspectiva de la enorme importancia que tiene la necesidad de impulsar también el desarrollo de la producción agrícola. De lo contrario, si no se tiene una visión integrada de las actividades no agrícolas con la producción agrícola, se estaría fuera del enfoque del desarrollo territorial.

En todo caso cuando se investigue, se sistematice o se elabore proyectos referidos a las actividades no agropecuarias en el mundo rural, también debe tratarse el tema de cómo esas actividades no agrícolas propician el desarrollo agrícola y viceversa. Porque de poco valdría desarrollar actividades no agrícolas en un contexto donde la agricultura se deprime y hasta es abandonada por muchos agricultores que emigran hacia las ciudades, aún si tenemos en cuenta que la agricultura tiene un bajo crecimiento en el país, no obstante su gran importancia tanto como ofertante de alimentos, como también de puestos de trabajo.

Debe tenerse presente que es bajo el crecimiento del sector agropecuario (entre el 2001 y el 2006 creció el 2,5%) en que se profundizó más la pobreza. Durante este lapso, los precios reales de los principales productos en chacra continuaron cayendo: el de los productos agrícolas bajó 3,4 por ciento y el de los pecuarios 4,8 por ciento.

El precio de la papa —principal producto del campesinado pobre— se redujo 33 por ciento. Los productos cuyos precios mejoraron son principalmente de exportación: café (80,3 por ciento), ajo (36,2 por ciento), espárrago (19,4 por ciento) y frijol (18 por ciento). La modernización no se expande o lo hace muy poco hacia la pequeña agricultura.

La población económicamente activa está distribuida en tres grandes sectores económicos, en el primario (52 por ciento), en el que destacan la agricultura, la ganadería, la pesca y la minería extractiva, todas ellas —salvo la minería— tienen bajos niveles de productividad.

Nueva dinámica de los cambios en el medio rural
Existe graves problemas en el sector agrario y en el mundo rural, no obstante vienen dándose nuevas tenencias que avizoran que sí es posible el desarrollo agrícola en particular y rural en general, esas nuevas tendencias son las siguientes y deben constituirse en parte de los lineamiento principales de la “Nueva Ruralidad”:

Aunque la mayoría de los productores rurales tiene pocos recursos económicos y tierras, como respuesta esa sociedad es cada vez más altamente diversificada, esa tendencia es un gran potencial para superar la pobreza (porque puede ubicarse en la acumulación flexible como ventaja para engancharse en la globalización).

Existen nuevas dinámicas organizativas e institucionales, como son las asociaciones y las cadenas productivas espontáneas y formales.

Se están formando nuevos mercados para los productos y servicios rurales agrícolas (por ejemplo, para productos orgánicos) y no agrícolas, como el turismo o las pequeñas empresas transformadoras.

Existe una mayor articulación campo-ciudad.

Mayor vinculación de lo local con lo global (por ejemplo, con los productos orgánicos o los productos exóticos del mundo andino y amazónico).

Nuevos patrones de consumo del paisaje rural y sus actividades tradicionales mediante el turismo vivencial.

Por otro lado, la agricultura se diversifica y se crean multiocupaciones en el medio rural, con las siguientes características:

· Actividades no agrícolas vinculadas al desarrollo de estrategias de las familias productoras con pocos recursos.

· Surgimiento de nuevas características en subterritorios que pasan a ser más dinámicos desde el punto de vista comercial.

· Surge como desafío la necesidad de innovación en la agricultura para la generación de empleo familiar.

· Posibilidad de encadenamientos productivos múltiples entre familias que viven en el campo con los que viven en las ciudades.

· La agricultura está participando en una nueva dinámica campo-ciudad.

Se está incrementando el espacio social territorial para la agricultura:

La población rural está pasando de su radio de acción desde el mercado micro hacia mercado macro regional.

Se intensifica la mercantilización de la producción agrícola y rural.

Surgen nuevos emprendimientos e iniciativas de productores rurales para efectuar cambios tecnológicos, para transformar insumos locales y para acceder a mercados más lejanos.

Sin embargo, aún falta conocer más sobre propuestas de estrategias endógenas para el desarrollo rural, sin la ayuda pesada y no sostenible de cooperantes internacionales o del Estado. Se conoce poco sobre los impactos del mercado y del cambio climático sobre la producción y la calidad de vida en el medio rural.

Se conoce poco sobre el impacto del mercado sobre las organizaciones y la institucionalidad tradicional de las comunidades o de los pequeños agricultores. Las políticas de Estado no dan prioridad al desarrollo agrícola en particular y rural en general. Se requiere, por tanto, un nuevo enfoque de desarrollo rural para integrar a territorios marginados y pobres en el proceso de creación de territorios competitivos, inclusivos, donde se supere la pobreza.

La Ley de Promoción de la producción orgánica o ecológica


Por: Fernando Alvarado

El debate sobre la Ley 29196 de Promoción orgánica estuvo a cargo de Fernando Alvarado de la Fuente, Presidente del Centro IDEAS y Vicepresidente de la RAE. La Norma que crea el Ministerio del Ambiente estuvo a cargo de Luis Gomero Osorio, Asesor de la RAAA y miembro de la comisión Brack.

En ambas normas hay un aporte significativo de la sociedad civil, pero debemos hacer mayores esfuerzos para reducir las resistencias existentes en el sector público.

El sector privado va cambiando por la incorporación de la responsabilidad social empresarial y ambiental y debemos trabajar más con ellos.

La primera, Ley de Promoción de la producción orgánica es resultado del esfuerzo y perseverancia del movimiento agroecológico peruano y la creación del Ministerio del Ambiente es una exigencia de los países del norte al gobierno de Alan García.

¿La agricultura ecológica tiene posibilidades de desarrollo dentro de la política económica que implementa el gobierno actual, más allá de la dación de la Ley?

La Agricultura ecológica aparece como en contradicción con el modelo de desarrollo sectorialista y sin encadenamientos, hacia atrás con la generación de semillas y hacia delante con desarrollo de la agroindustria.

Debemos plantear territorios competitivos dentro de los cuales se pueda desarrollar una agricultura ecológica.

Debemos ampliar nuestro mapa de actores incorporando al gobierno nacional, regional y local, a las corporaciones, a los consumidores organizados, además de productores y promotores del desarrollo territorial y la agricultura ecológica.

Nuestra promoción e incidencia tiene como pilares a los pequeños productores y la seguridad y soberanía alimentaria. Tenemos que avanzar en el desarrollo de los mercados locales, nacionales e internacionales.

Habiendo varios manuales de incidencia política, estas dos experiencias nos muestran la necesidad de hacer uno nuevo adecuado a nuestra realidad y contexto. La incidencia política requiere especialización y dedicación exclusiva.

Políticamente el tema ambiental se pone en primer plano, y muestra nuestras debilidades para responder con rapidez a las oportunidades que se presentan para poner nuestra agenda y nuestras propuestas al debate nacional.

La Ley 29196 de Promoción de la producción orgánica o ecológica y las tareas del Movimiento Agroecológico Peruano

Al cabo de tres intentos fallidos en los años 2005, 2006 y 2007, en que el Ejecutivo devolviera al Legislativo hasta tres versiones distintas de la propuesta de Ley, finalmente el Congreso acaba de promulgar el 24 de enero la ‘Ley No. 29196 de Promoción de la producción orgánica o ecológica’.

Las primeras propuestas suscitaron ardientes debates al interior del movimiento agroecológico, que buscaron mejorar los contenidos de las diversas versiones, incluidas algunas propuestas por CONAPO y actores individuales. Creo que ahora nos toca asumir que esta es la Ley que hemos logrado conseguir y, a partir de esta actitud, extraer de ella sus aspectos más provechosos para, poniendo manos a la obra, implementarla anteponiendo los intereses de los pequeños productores ecológicos y del país en su conjunto.

La ‘Ley No. 29196 de Promoción de la producción orgánica o ecológica’, es lo que se conoce como una ley marco, es decir, un dispositivo general que brinda las condiciones favorables para aspectos más puntuales.

Veamos cuáles pueden ser, el artículo 5 define las competencias de la Dirección General de Promoción Agraria, del SENASA y del INIA. El artículo 9 define las acciones de promoción a ser impulsadas por el MINAG, PRODUCE, INDECOPI, el Ministerio de Relaciones Exteriores, MINCETUR, PROMPEX y APCI.

Nuestra primera tarea central como movimiento agroecologico será concertar con estos sectores para que puedan llevar adelante las tareas encomendadas. Recordemos que en julio del 2001, cuando se conformó la CONAPO, la mayoría de representantes del estado sabían muy poco o nada sobre la producción ecológica. En siete años la situación ha mejorado pero persiste un gran déficit de información agroecológica y por ende, de capacitación, entre los funcionarios. La RAE, la RAAA y la UNALM deberían organizar cursos y diplomados de agricultura ecológica para llenar los vacíos existentes que lleve a la formación de un grupo estatal de calidad.

El Artículo 8 designa al SENASA como ente competente para autorizar y registrar a los organismos de certificación orgánica que operan en el país. Únicamente los productos certificados por un ente certificador autorizado por el SENASA podrán ser comercializados como “orgánicos/ecológicos” en el país.

Nuestra segunda tarea central como movimiento es lograr que se fortalezca el Sistema Nacional de Fiscalización y Control de la producción orgánica para garantizar los productos en el mercado interno y externo. La meta es la consolidación de una institucionalidad que permita una vigilancia ciudadana a lo largo de toda la cadena: redes agroecológicas (RAE, RAAA, Red de Comercio Justo), organizaciones de productores (ANPE, JNC y otras), organizaciones de consumidores (CCE, ASPEC), certificadoras consolidadas (Bio Latina y todas las extranjeras con sede en Perú), mundo académico y de investigación (SOCLA), autoridades locales y regionales. Esta segunda tarea incluye la implementación de sistemas internos de control fuertes y el desarrollo de sistemas participativos de garantía.

El Artículo 6 crea el Consejo Nacional de Productos Orgánicos (CONAPO), entidad responsable de elaborar el Plan Nacional Concertado para la Promoción y Fomento de la Producción Orgánica, en coordinación con los COREPOS (Consejos Regionales); la organización de éstas estará a cargo de las instancias del sector público de nivel central y regional.

Nuestra tercera tarea principal será impulsar la conformación de las COREPOS en por lo menos 17 regiones en donde exista un fuerte movimiento agroecológico, articulando la institucionalidad agroecológica regional en un solo puño para elaborar los planes regionales que contribuyan al Plan Nacional Concertado y llevarlos adelante. A la par, es imperativo contribuir a la consolidación de la CONAPO como ente asesor y consultivo en producción orgánica, proponiendo políticas y normas adicionales para el fomento de la agricultura ecológica.

El Artículo 10 define los incentivos. Los gobiernos regionales y locales priorizarán su apoyo a la producción orgánica o ecológica en sus planes, programas y proyectos.

Nuestra cuarta tarea central será elaborar propuestas, proyectos e iniciativas para que las autoridades puedan cumplir este mandato. Nuestra labor de formación, asistencia técnica, educación del consumidor, promoción de mercados ecológicos locales, sistemas participativos de garantía y otros deben ser conocidos y recogidos por las autoridades para su financiamiento y ejecución concertada.

Una quinta tarea central consiste en aprovechar esta nueva situación para favorecer la competitividad de la producción orgánica o ecológica, esto es posicionarla en los mercados, organizar y capacitar la oferta, adquirir fortaleza empresarial, plantearse exigencias tecnológicas sólidas, lograr incluir la producción ecológica como bandera del desarrollo de las regiones, colocar la producción ecológica y los sistemas de producción agraria sostenible en el lenguaje del desarrollo económico y ambiental (incluyendo las oportunidades del comercio exterior con los nuevos tratados) y su efecto en la capitalización y el mejoramiento de los niveles de empleo e ingresos. El movimiento Agroecológico debiera sentirse actor económico y social de primer nivel con mirada de país.

DESCENTRALIZACIÓN y nuevas rutas para el desarrollo

Por: Luis Zarauz y Julio Guerra

La descentralización en el Perú es bastante compleja, es un proceso que desde que empezó hacia el año 2003 hasta la fecha, no ha logrado concretarse en las etapas por las cuales debiera haber pasado, es decir, la regionalización, la descentralización fiscal, la transferencia de competencias, etc. En la actualidad podemos decir, pasados estos 5 años, que ha dejado de ser el eje central de la agenda política.

Es notorio, no solamente dentro de los partidos políticos, sino también lo podemos apreciar en los niveles de gobierno local, donde los propios alcaldes tienen escasa información y manejo de los cambios que este proceso genera, justamente ese era uno de los problemas identificados en nuestro trabajo en las diferentes regiones en las que venimos interviniendo.

La falta de información y capacitación dentro de los gobiernos locales, sumada a la concepción de dirigentes políticos que continúan teniendo una visión tradicionalista y clientelista del funcionamiento del Estado, hacen que el proceso de descentralización avance muy lentamente en relación a los cambios que se deben generar en una gestión moderna.

Este es el resultado de un proceso difícil, en el periodo luego de un centralismo muy fuerte con Fujimori, vino la propuesta de descentralización del gobierno de Toledo, la cual no tuvo el apoyo de los representantes del APRA, ni de congresistas, lo cual fue muy grave porque la mayor parte de parlamentarios eran de provincias, ex alcaldes, veían el Estado con ojos centralistas y no regionalistas, esto constituía una limitación.

Sin embargo, se pudo generar el movimiento necesario para empezar la iniciativa de hacer consultas ciudadanas y pronunciamientos, todo el país participó, hubieron aportes importantes, ya todos estaban sensibilizados y ejercieron presión. Se hizo un evento en el congreso y así salió esta ley, es en este marco que empieza el proceso de descentralización.

Un nuevo enfoque de desarrollo
Se hace necesario generar un nuevo enfoque por el contexto global de cambios que deben reflejarse también a un nivel micro, para eso una entrada de desarrollo territorial es importante, porque nace como una estrategia para superar la pobreza, y cada vez se ha enriquecido para ser un enfoque más globlal e integral.

Definimos el Desarrollo Territorial como un proceso de transformación productiva e institucional en un espacio rural, cuyo fin es reducir la pobreza rural, esta transformación productiva articula a la economía del territorio a mercados dinámicos. El desarrollo institucional tiene el propósito de estimular y facilitar la interacción de los actores locales e incrementar las oportunidades para que la población pobre participe de sus beneficios. Para ello se necesita un Estado moderno y descentralizado.

La descentralización es una estrategia territorial, esta busca cerrar brechas territoriales, desarrollar potencialidades naturales e histórico culturales, requiere la articulación a mercados, cuencas y corredores, elementos claves para el desarrollo.
Definiendo cuencas como la base productiva en la cual se define la especialización por piso ecológico y el corredor articulando estos espacios, para ello es necesario una reforma institucional, como lo es la modernalizacion del Estado y el cambio en las instituciones privadas tradicionales.

Para hacer posible que el Estado y el sector privado dialoguen, se necesita un cambio productivo y para eso la institución más solvente, son las cadenas productivas, entonces se requiere gestionar la transformación productiva para articular al mercado y aprovechar las oportunidades del territorio, para lograr esto es fundamental la descentralización.

Otro aspecto fundamental es que la descentralización nos permite visualizar con claridad los problemas a nivel local, cómo a partir de lo local se tienen una lectura desde abajo para ir construyendo el tejido social institucional, haciendo una reeingenierira, en ese sentido la descentralización es un medio, para elevar la calidad de vida, a través de un proyecto en común, enfrentado a los retos de la globalización con competitividad, concertando el sector publico y privado, articulando corredores económicos, y con un instrumento fundamental, participación ciudadana y participación del Estado.

La descentralización es un medio importante para resolver los problemas de desigualdad en el desarrollo local-regional y la débil integración entre localidades de una región y entre el centro y periferia de las distintas regiones y de los países.

Los procesos de descentralización significan nuevas puertas para la participación y el empoderamiento de la sociedad civil, se desarrolla ciudadanía. La participación ciudadana se plantea como la estrategia para garantizar la más alta correspondencia entre la oferta de bienes y servicios públicos y las demandas sociales.

De igual manera la participación de las mujeres, como agentes de transformación, y la perspectiva de género, como instrumento de análisis, encuentran en este contexto una oportunidad muy valiosa para avanzar hacia una mayor equidad de género y un desarrollo social más integral.

Por ultimo, resulta necesario considerar que uno de los principios rectores del proceso de descentralización, es la subsidiariedad, en virtud de la cual el gobierno más cercano a la población es el más idóneo para ejercer las distintas funciones que le competen al Estado. En este sentido, el Gobierno Nacional no debe asumir competencias que pueden ser cumplidas eficientemente por los Gobiernos Regionales y Gobiernos Locales.

Una mirada desde los Gobiernos locales
Por: Julio Guerra

Desde un punto de vista privado, dado las oportunidades que tiene el país en este momento, en que la minería crece, se requiere de procesos sociales que permitan vincular las expectativas de la población con las de la empresa de forma que los beneficios económicos puedan reflejarse en el bienestar de la población.

¿Qué ha sucedido en las municipalidades provinciales desde que empezó el proceso de descentralización? desde los años 1998-1999 hasta ahora, los problemas siguen siendo los mismos, qué ha pasado en una municipalidad importante en el valle del Mantaro, por ejemplo, con 400 mil habitantes, con un conjunto de normas que han cambiado, el gobierno local sigue con los mismos problemas que van desde su relación con la participación ciudadana, manejo de presupuestos hasta la insuficiente capacidad para ejecutar cambios profundos en la estructura de gobierno.

Hay limitaciones que se arrastran de anteriores gobiernos, una de estas es la CTAR, este era un ente totalmente dependiente del gobierno central, si bien es cierto ya no tiene un presidente, la diferencia en perspectiva entre el presidente de la CTAR y el actual gobierno regional, no es mucha, porque la oficina de planificación de la CTAR es la misma que ahora existe en el gobierno regional, por eso existen los mismos conflictos administrativos que existían antes, la misma incapacidad de ejecutar el presupuesto y con mayor magnitud, ya que las trasferencias son mayores.

Otra limitación que hay en el nivel local, es la duplicidad, existe la gerencia del gobierno regional y las gerencias de los sectores, esto dificulta la articulación con los directores de las otras áreas, todos tienen autonomía con el gerente de economía, esto hace que el trabajo integral y articulado todavía no exista, excepto en algunas regiones donde esta situación esta cambiando.

Si hiciéramos una evaluación de qué ha pasado entre 2000-2007, qué ha pasado en los espacios locales, podemos recordar a Pedro Planas que lo dijo claramente, el proceso de descentralización debe recoger los hechos y expectativas de cada pueblo. Cada espacio tiene un eje de debate que parece no estar plasmado en la propuesta regional, estamos todavía mirando la descentralización desde arriba.

Conclusiones
Se tiene un cuadro preocupante, tomándose en cuenta que han trascurrido 6 años desde que empezó el proceso de descentralización.

Debe haber una instancia que tenga presencia representativa en todos los niveles de gobierno.

La deficiencia en el gasto, disminuye credibilidad, ya que hay una corriente muy fuerte respecto a la capacidad de los gobiernos locales. Esto ayuda a la visión centralista para el manejo del gobierno.

La agenda pendiente tiene que impulsar y darle estabilidad a los funcionarios públicos, mediante la ley de carrera publica, ya ha sido mencionada la problemática de capacitación en municipios y esto tiene que ver con la poca seguridad que se tiene en la labor pública para el Estado.

Hay que encontrar a nivel locales y regionales los elementos vinculantes, se trata de reforzar en el marco de la institucionalidad publica privada, las identidades y especificidades de cada espacio y potenciarlas alianzas territoriales, para que no se comenta los errores tradicionales de querer aplanar todo, nuestro potencial es la diversidad, que debe ser reforzada generando cadenas de valor productivo.

La parte cultural es importante también, hay que ver que sí está pasando cosas a ese nivel, se tienen proyectos de turismo vivencial, mejoramiento de la agricultura, la ganadería, y una suerte de integración intersectorial dentro del nivel local, donde se está trabajando con el sector público, con las comunidades, de esa manera también se ve como se está articulando el nivel territorial. Lo que falta es que esto se desarrolle mucho más con inversión.

ACTIVIDADES NO AGRÍCOLAS en el marco de la nueva ruralidad


Por: Noemi Marmanillo B.


Algunas características de la nueva ruralidad en la actualidad son: la tendencia a la industrialización de la agricultura, con gran intensificación en el uso de los recursos de capital; la existencia de amplios sectores con dificultad para acceder a mercados de capital que con pequeños predios son empujados hacia situaciones de mayor pobreza; y como un aspecto positivo encontramos que en las ciudades se ha producido una revalorización de lo rural, con una tendencia presionada por el crecimiento de la ecología como un factor importante, esto genera nuevas demandas desde la ciudad hacia el campo, el consumo de alimentos más sanos y paisajes menos contaminados, este escenario es una oportunidad para estos agricultores en situación de marginalidad, ya que estos son los que menos han modificado su paisaje y forma de cultivar sus productos.

¿Cuál es el estado de la nueva ruralidad?
La nueva ruralidad se encuentra en un contexto de una sociedad rural altamente diversificada, no es que los productores estén dedicados solamente a la actividad agrícola, los productores rurales tienen pocos recursos, justamente por no entrar en este proceso de cambios en su ecología y medio ambiente.

Existen nuevas dinámicas organizativas e institucionales. De igual manera urge fomentar políticas públicas para los nuevos mercados rurales no agrícolas tanto como para los procesos de desarrollo rural que continúan utilizando enfoques asistencialistas.

En esta coyuntura, este sector no tiene las condiciones de insertarse en el proceso de “modernización”, por lo que se piensa que los programas sociales que se tienen que trabajar en estos espacios deben ser asistencialistas, generalmente esta visión es promovida desde el gobierno y a veces también desde las ONGs, la clave está en cómo se da ese salto del asistencialismo al desarrollo.

El enfoque territorial del desarrollo rural, como lo dice el observatorio Leader sostiene que un territorio es competitivo si puede afrontar la competencia del mercado, si puede garantizar la viabilidad medioambiental, económica, social y cultural y si puede intervenir aplicando lógicas de red y de articulación interterritorial. De esta manera se puede lograr que los territorios sean competitivos.

Para elaborar un proyecto de territorio competitivo se debe orientar a desarrollar 4 capacidades entre los actores y las instituciones locales:

- Desarrollar la capacidad de valorizar su entorno

- La capacidad de actuar juntos

- De crear vínculos entre sectores de modo tal que se mantenga en la zona el máximo valor agregado que se genera en estas nuevas actividades

- De establecer relaciones con otros territorios y con el resto del mundo.

Esta nueva ruralidad presenta nuevas actividades no agrícolas, sin dejar las agrícolas por ser de suma importancia ya que sigue siendo una actividad estratégica para el desarrollo, sin embargo está diversificándose con otro tipo de actividades de donde surge esta pluriactividad.

¿Qué actividades se están generando?

Agroindustria Rural: Agregación de valor de alimentos producidos en la localidad: derivados Lácteos, molinería básica, transformación de frutas y hortalizas, procesamiento de carnes.
Recreación y Turismo Rural: camping, agroturismo, turismo de aventura, granjas museos, caza, pesca, granjas educativas, deportes de aventura.
Artesanía
Comercio
Otras actividades económicas que producen autoempleo del propietario del predio o aún empleos fuera del campo, que lo convierte en agricultor a tiempo parcial. Sin dejar la agricultura como actividad continua.

Algunos factores que intervienen en el éxito de estas actividades son:

Factores físico espaciales
Cercanía a centros urbanos
El paisaje y las condiciones climáticas que permitan aprovechar durante un período más prolongado el paisaje.
El estado de conservación del paisaje y la naturaleza en general.
Accesibilidad y adecuada conexión a medios de transporte.
La calidad y cantidad o concentración de las amenidades y productos locales.

Factores económicos
El precio de los productos debe ser competitivo ya que si en el proceso de diversificación no se consigue precios competitivos con productos similares se tendrán pocas posibilidades de obtener el éxito.

El grado de complementación de las diversas formas de diversificación emprendidas, por ejemplo la producción y venta de productos agroindustriales se potencia con el turismo y viceversa.

La calidad de la oferta y la capacidad asociativa para ofertar productos. La diferenciación de los productos y servicios.

Factores socioculturales
La imagen de la zona, constituye un factor de fundamental importancia ya que es muy difícil remontar las imágenes adversas que puedan tener los consumidores.

Una cultura familiar que permita el desarrollo de la imagen de hospitalidad, solidaridad.

Las costumbres locales como factor de diferenciación.

Factores de Intervención Gubernamental o de las ONGs.

El estímulo a las propuestas asociativas

El desarrollo de estándares de productos (calidad), capacitación e infraestructura local y regional (servicios básicos, carreteras, etc).

El empleo rural no Agrícola constituye, para algunos hogares, un mecanismo de superación de la pobreza que la pura actividad agrícola no permite. Asimismo permite estabilizar los ingresos compensando la estacionalidad de la producción y del empleo agrícola, permite diversificar las fuentes de ingreso reduciendo los efectos de los riesgos inherentes a la agricultura, estimula y a la vez es una consecuencia de la modernización de la agricultura, al proporcionar los enlaces con la industria, el comercio y otros servicios.

Algunas experiencias exitosas
“Colores Para Antioquia”: Consistió en convertir un pueblo en una obra de arte, para poner en valor la cultura local y convertirse en un destino turístico.

“Desarrollo de la Agroindustria Rural”: Promueve la transformación agroindustrial de frutas de la zona, con la participación de 30 microempresas familiares, lideradas por mujeres.

Conclusiones
Toda la agricultura familiar es ahora pluriactiva.

Los mercados continúan concentrándose con desventajas para los oferentes dispersos que no se organizan

Las emergencias económicas de la agricultura familiar son impredeciblemente recurrentes.

Los ingresos por actividades no agrícolas son cada vez mayores.

El desarrollo de las actividades no agrícolas tiene que ser con enfoque empresarial.